La lectura de los amaneceres y atardeceres

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Esta vez toca dar protagonismo a las fotos, unas bellas puestas de sol y amaneceres en las que el astro rey se refleja en las aguas de nuestro mar Cantábrico. Castro nos deja a menudo atardeceres y amaneceres muy bonitos de contemplar, con la brisa que sabe a salitre y esa luz cálida que pinta las olas.

La imagen de Cerredo es muy entrañable por esta sentencia: «Cuando el sol monta el pico, el invierno se hace chiquito». Este refrán es auténticamente castreño, pues sólo desde nuestra latitud se observa este fenómeno. Hace alusión a que los días son ya largos, el sol está más alto, tarda mucho más en venir el ocaso y la radiación solar no deja margen a que el frío haga mella en nosotros.

Han de venir días fríos y lluviosos pero pasajeros, no establecidos como en invierno. Es el momento del campo y también de la mar, donde la costa y escalas comienzan a llenarse de verdinegro. Vienen los insectos en tierra a los campos de labrantio y las rocas en bajamar se llenan de caracolillos y cangrejos.

Llegan los peces más a tierra al calentar las aguas y los frutales ya han enyemado empezando a ver el cercano fruto. ¡Ah! Se me olvidaba ya que ahora es tiempo de las gaviotas y es un espectáculo verlas aparearse sobre todo en nuestros islotes.

Con el sol al tangentear el horizonte se produce el Orto total. Antes del Orto, antes de que salga el sol, se dice alba, alborada, rasga el día, amanece y un sinfín de sinónimos más. Para nosotros, alba quiere decir blancura. Orto viene del latín Ortus, o sea, naciente. Naciendo, que es cuando el limbo superior o la parte de arriba del sol comienza a asomar por el horizonte y en la mar los marinos a estos momentos los prestamos mucha atención y sobre todo al mediodía, cuando el sol llega a su estado álgido.

He navegado con sextante, compás y cronometro, con el meridiano de Grewich... y, realmente, el título que saqué de patrón de pesca de altura me hizo disfrutar mucho en la mar.

Un Ocaso o Crepúsculo, cuando se comienza a oscurecer el día, es el momento de la duración del día desde que salió el Sol. Viene de decrecer, oscurecer, y al momento de meterse el sol hasta la oscuridad, cuando casi arde el agua. Los castreños pescadores le decimos «sejo» y es un buen momento de pesca, igual que al alba. Aquí nos situamos en la mar por estrellas conocidas. Sí, se ve la polar de maravilla, pero hay otras muchas.

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