Miles de personas vivieron este viernes las últimas horas de la vida de Jesús de Nazaret en Castro

Todas ellas las ha vivido en sus carnes Imanol Vilella, que a sus 25 años se ha metido en la piel de Jesús durante las 15 escenas de la pasión, representándolas con gran emoción. Es su primera vez interpretando el papel protagonista de la representación, aunque ya ha encarnado otros papeles secundarios en años anteriores.

La representación ha comenzado pasadas las diez horas de la mañana, con la última cena como punto de partida en el exterior de la iglesia de Santa María de la localidad castreña. Así ha arrancado el particular viaje en el tiempo de Castro Urdiales, cuyas calles se han convertido en las de Jerusalén dos milenios atrás gracias a un elenco de 700 personajes que han interpretado dramáticas escenas bíblicas.

Desde los prolegómenos al vía crucis correspondientes a la llegada del pueblo y los leprosos, el prendimiento de Jesús por los soldados guiados por Judas Iscariote, el juicio del Senado judío en el interior del templo, y -de nuevo fuera de la iglesia- el sobrecogedor arrepentimiento de Judas y los juicios de Pilato y de Herodes.

Tras la escena en el Castillo de Herodes donde el toque de humor y la música y bailes de las bailarinas animaron a los espectadores, llegó el turno para la parte más cruda y dramática de la Pasión Viviente: la flagelación, cuatro largos minutos de latigazos que preceden al camino a la cruz, las tres caídas y la crucifixión que pone fin a cuatro horas de representación bajo la atenta mirada de castreños y visitantes.