El nuevo dique de Castro estará listo la próxima primavera

Una pretensión que fue rechazada por la Consejería de Obras Públicas tras ver los informes del proyectista y del servicio de Puertos de Cantabria, que consideraron que no hay motivo alguno para modificar el proyecto porque «se cumple con el coeficiente de seguridad».

Superado este percance, la directora general de Puertos espera que «la empresa recupere ese tiempo que ha perdido por querer variar un proyecto que ya estaba aprobado y firmado». «Haremos todo lo posible para que se respeten los plazos». Eso sí, García es consciente de que el avance de esta actuación va a depender de que el tiempo acompañe, aunque el otoño y el invierno está a la vuelta de la esquina.

«La obra va bien, estamos hormigonando las fases que se encuentran sumergidas. Son las más lentas y las que no se ven desde fuera. Es la parte más complicada porque requiere de buzos y la colocación del encofrado es más dificultosa». La directora general de Puertos explica que la obra está organizada longitudinalmente y por alturas (filas). Si se cuenta la banqueta de cimentación, son siete las filas que tiene la obra, cada una de ellas de una longitud de 2,40 metros. «Ahora se está trabajando en la filas 1 y 2 simultáneamente. Luego quedaría una tercera sumergida, y a partir de las cuarta ya serían en superficie y se verá un avance más rápido. Se está encofrando durante cuatro días y el quinto se dedica a hormigonar».

Cabe recordar que esta obra es la primera fase del refuerzo del rompeolas, que afecta a los primeros 250 metros lineales del dique -desde el arranque en la Peña Santa Ana hasta llegar a la mitad del rompeolas- y que se actúa sobre la zona que tiene un mayor número de cavidades y conductos y presenta un mayor deterioro.

De este modo se logrará reducir la probabilidad de fallo del dique vertical y aumentar la anchura y el peso del mismo, además de mejorar su integridad reforzando el exterior con hormigón armado.