Obras que invitan a la reflexión en el Etnográfico de Villaverde

El bilbaíno acerca al público a través de sus creaciones «una realidad urbana paralela de seres humanos que pueblan con sus cartones y mantas los centros urbanos». «Nos acostumbramos a verlos en la miseria entre el lujo de nuestras millas de oro, nos inmunizamos. Pensábamos que después de siglos de luchas y revoluciones nuestra sociedad había llegado a una economía de bienestar segura, blindada, sin marcha atrás… y la realidad nos demuestra lo contrario. El mundo se tambalea debajo de nuestros pies. Transitoriedad, falta de arraigo, pérdida de identidad, fugacidad. Nada es para siempre. Toda esta gente en la miseria en la puerta de nuestras casas nos recuerda que en cualquier momento esto puede pasarnos a nosotros», afirma Ugartetxea sobre la razón de ser de la muestra.

El museo alberga así una exposición compuesta por una veintena de obras de obra pequeño formato; una grande, de dos metros por uno y tres composiciones de tres metros de altura. «Se pueden encontrar con cuadros pequeños de mendigos durmiendo en palacios; edificios como el Gran Hotel Carlton y unos rascacielos compuestos por torres de furgonetas de surfistas, unas fotos en las que se ve qué es lo que hacen en su vida diaria sin que ellos se den cuenta. Hemos aprovechado la estructura del edificio, con esa torre del reloj y la caja transparente de los péndulos para ubicar las obras más altas», señala el artista y añade que además de las obras mencionadas, el visitante se topará con una escultura sorprendente: un mendigo que está en el suelo, dentro de una caja de cartón.

«Soy pintor, soy surfista y en mis cuadros siempre aparece arquitectura y también tsunamis, incendios, desastres naturales. Pero no desde el punto de vista deprimente, sino recordando lo que nos ha traído el cambio de milenio, que ha sido traumático con la crisis económica, el 11S o el coronavirus. Son cosas muy graves que no pueden dejar indiferente al artista y tienen que aparecer en las obras», reconoce, asegurando que a través de las crisis se da cuenta de que la sociedad piensa que está «todo seguro», pero que hay una «transitoriedad». «Cuando vemos los mendigos en la calle pensamos que eso no puede pasarnos a nosotros, pero en cualquier momento nos podemos ir por el sumidero. Ver a esas personas que no tienen donde dormir en el centro de ciudades ricas y edificios lujosos es un recordatorio de lo que nos puede pasar», cuenta.

'Beggars Banquet' es una colección que ya ha estado expuesta en diferentes lugares del mundo, «escenarios castigados», como los denomina el propio artista. «Ahora que las ciudades son lugares inhóspitos, que hay una vuelta al campo, a lo agro… Valle de Villaverde es un lugar bucólico», señala.

«Desde 2012 llevo a cabo una serie de exposiciones e instalaciones en ciudades del mundo con una especial carga simbólica: lugares masacrados por las bombas como Gernika y Tokio, en las que expuse 'Unarmed Victory' (en el Centro de Creación Astra en Gernika y en Promo Arte Gallery de Tokio) o lugares azotados por la violencia como las favelas de Río de Janeiro, en la Favela de Cantagalo, o el Edificio de la Bienal de Sao Paulo donde expuse 'Surfbanismo'», recuerda, destacando que «el paisaje abandonado donde la arquitectura yace moribunda es algo muy evocador», con una fuerte carga reivindicativa de la que el artista se sirve «para manifestar el profundo desagrado» que le producen «estas situaciones de injusticia producidas por el retroceso en la conquista de derechos sociales» que se está «viendo en este debut del siglo XXI». «Tras esta destrucción de las ciudades, propongo una reconstrucción basada en una mayor integración de arquitectura urbana y naturaleza», concluye el creador de esta colección que no dejará indiferente al público.