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Han pasado ya 36 años desde que se realizase la última remodelación del dique norte de Castro Urdiales, conocido popularmente como rompeolas. De ahí la necesidad de acometer una obra de refuerzo en base a los diferentes estudios previos realizados para determinar la mejor solución ... y cumplir con los estándares de seguridad marcados por las Recomendaciones de Obras Marítimas (ROM).
La actuación, que correrá a cargo de la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Cantabria, se ha dividido en dos fases. Y la primera, que cuenta con un plazo de ejecución de quince meses y se ha adjudicado a la empresa Vías y Construcciones por un importe de 2.239.534 euros, comenzará a partir del 28 de octubre, una vez firmado el correspondiente acta de replanteo.
En esta primera fase se actuará sobre la zona que tiene un mayor número de cavidades y conductos y presenta un mayor deterioro. De este modo se logrará reducir la probabilidad de fallo del dique vertical y aumentar la anchura y el peso del mismo, además de mejorar su integridad reforzando el exterior con hormigón armado. «Vamos a actuar sobre la parte que tiene menor seguridad», apunta el consejero de Obras Públicas, que ya avanza que la intención de su departamento es acometer la segunda fase de esta obra –que afecta al resto del dique– en la presente legislatura.
Con el objetivo de reducir las presiones acuáticas en la losa de coronación, se dispondrán tubos dren en cada metro de longitud para dar salida al agua de un modo ordenado y, para garantizar la correcta cimentación del dique, se recrecerá la escollera hasta un ancho de 5 metros y un peso de 300 kilogramos. Además, está proyectada la reparación de aquellas zonas en mayor contacto con el mar y que, por ende, están más deterioradas, por medio de la reconstrucción de los huecos detectados con mortero, sacos, resina o pastas. Las obras deberán llevarse a cabo durante la bajamar, con lo que durante los primeros meses serán los buzos los que realizarán diversos trabajos bajo el agua como la construcción de una escollera y el posterior hormigonado. «Estas tareas nos llevaran unos cuatro o cinco meses».
En este sentido, el consejero de Obras Públicas adelanta que durante estos días habrá un tránsito de camiones con piedras grandes de escollera y después cargados de hormigón que tendrán que atravesar por la zona portuaria.
Después, se prevé la colocación de una losa nueva de 60 centímetros a lo largo de todo el paseo para alargar su vida útil, paseo que se va a ensanchar en 3,5 metros. «La solución adoptada por los servicios de la Consejería permitirá una mayor durabilidad del dique al tener en cuenta parámetros de seguridad mayores, equivalentes a los exigidos actualmente por las ROM si la infraestructura fuera de nueva construcción». La obra se rematará con la instalación de mobiliario urbano, como bancos y una barandilla.
Según detalló Gochicoa, la intención de su departamento es que para el próximo verano se pueda habilitar un paso para los peatones, ya que a nadie se le escapa que el rompeolas es una de las zonas de Castro más transitada tanto por vecinos como por visitantes y turistas.
Esta misma semana una directora general de Puertos mantendrá una reunión con responsables del Ayuntamiento para coordinar las obras. «Con esta actuación se mejora la seguridad del dique y se crea un espacio más cómodo. Porque ahora mismo el grado de seguridad del rompeolas está muy justo y con los temporales que se suceden en los últimos años nunca se sabe qué puede pasar».
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