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Foto antigua del cargadero de Urdiales. Colección particular de Jesús Garay

Las palabras más bonitas de la mar (I)

Castro de ayer y de hoy ·

El vocabulario es amplio a la par que curioso en el mundo de los marineros y los pescadores

Javier Garay

Castro Urdiales

Jueves, 4 de febrero 2021, 16:16

Es curioso y único el vocabulario de los marineros y pescadores. De todas las épocas, los hombres de la mar se han nutrido de palabras que merecen ser recordadas. Valiosas joyas culturales que conforman su amplio vocabulario.

Ábrego: viento africano, antiguamente lo denominaban viento áfrico, viento de tierra o viento del Sur.

Acervo: la arena que reúnen las grandes resacas en el fondo de las playas y lugares arenosos.

Achero: el atalayero, quien está al cargo del acho o monte alto donde se hacían las hogueras para avisar del mal tiempo a la gente de la mar. Es el notorio Atalayero.

Adujar: recoger los cabos de a bordo en dujas o vueltas concéntricas para que la maniobra este corregida.

Adámico: la tierra que se acumula en las riveras cuando hay demasiado reflujo.

Adiafa: la bebida el refresco que se daba a la marinería al llegar a puerto.

Adrazo: alambique destilador para desalar el agua de la mar que usaron los navegantes españoles desde los primeros tiempos de sus largas travesías.

Afelio: el punto más distante del sol.

Áfrico: uno de los doce vientos únicos que con el nombre de libs distinguieron los marinos en el círculo entero del horizonte situándolo a la parte occidental. Los latinos lo llamaron igualmente libs y áfricus, de cuya última voz viene la castellana. Hoy en día esta tenido por el sudoeste en el Océano y lebeche en el Mediterráneo, donde también le dicen ábrego. También le llamaban poniente garbino y viento africano. Es el mismo que el líbico. Los poetas le llamaron así mismo en sus composiciones ábrego.

Algaida: médano.

Alijar: aliviar la carga del buque ante un temporal. Tirar carga a la mar.

Antartos: el opuesto al Norte. El polo y viento del sur. El opuesto a bóreas, austral.

Aquilón: bóreas boreal viento del septentrión o del norte. Para el poeta es el cierzo o viento negro. Los aquilones a veces se interpretan como torbellinos.

Archipirata: el capitán de los corsarios o piratas.

Arganeo: rupial.

Argaviezo: chubasco acompañado de viento.

Arpeo: grampín.

Arreate: arricete. Restinga.

Arrecife: lastra costa abrupta donde rompe la mar. Restinga diferente a farallón.

Arridar: tensar cabo.

Arrumage: distribuir bien las cargas a bordo. Sobre todo la pipería.

Arrumbada: carrejos que tenían los soldados en las galeras para disparar.

Ascios: los días que estas en el pleno ecuador y no haces sombra, pues tienes el sol en el cenit o encima de tu cabeza. Se dice de las zonas donde dos veces al año el sol no hace sombra.

Asida: costa seguida que no está interrumpida, sin interrupción de bocas abras o canales. Sería desde Urdiales a la punta de Islares, unos 10 kilómetros más o menos, sin importar las caletas de Cerdigo, portillo, ni Cotonera, Islares.

Ataguía: pequeños muros para retener las aguas. En Ostende estaba la cala de los molinos con varias ataguías para los molinos de marea.

Atalaya: antiguamente era el nombre que daban al que estaba de vigía en el galces de la galera. En las naos se decía a este lugar desde donde se divisaba el horizonte cofa o descubierta. Atalaya de castro. Higueras.

Atarazana: lugar donde se construían los barcos.

Atoaje: espía o remolque. Con remos.

Atonrado: rendido nombre que daban los antiguos marinos a cómo después de entrar una ola a bordo o encapillarse. Rendido.

Atraillar: a la traílla, dejar los remos colgados por el costado con los estrobos. Pasa cuando termina la regata y los remeros exhaustos los abandonan o arrían de las manos.

Bahía: extensión de mar de mucha extensión, abra o lugar natural donde pueden fondear las naves. Dentro de una bahía puede haber varios puertos, como en el abra.

Bahiero: antiguamente el que comerciaba con los barcos fondeados en la concha. Trajinero y pequeño truhan.

Bajial: costa abrupta y llena de bajos peligrosa para la navegación; las lastras de la ínsula o la punta del Rebanal.

Baquear: navegar con las velas al filo del viento. Cuando hay corriente a favor y el viento no permite marearlas o ser escaso. Aguantarse a la mar de proa.

Barda: bardal, voz muy común aun en la mar, Se dice al espesor de nubes por el horizonte hoy, para manifestar un lío o una gran resaca, unos aparejos enredados... vamos, cualquier cosa que no presente un estado normal. Mote castreño.

Batalla arranchar: combate o de la armada. Echar abajo masteleros de juanetes vergas susceptibles de ser arrancados por la fuerza del viento o tiempos tormentosos y quitar a los palos principales el trabajo que estas arriadas pudieran ejercer.

Batel: pequeñas embarcaciones que llevaban los navíos, como ahora los botes o lanchas salvavidas.

Batículo: mesana pequeña o especie de cangreja que usan las pequeñas embarcaciones en un palo que colocan al lado de la aleta de estribos y dejan la de babor para la maniobra.

Bauprés: pala que sale de la proa, el barco se lanza y es muy importante en la arboladura y es para marear los foques y hacer firmes los estays del barco de trinquete y sus masteleros.

Bayona: bayonar, estreñir. Remo de pala más larga para ayudarse en la maniobra de largar el cerco.

Berreadero: paraje muy abierto a la mar al viento y la mar. Aquí cerca. Berrea la mar.

Bichero: asta larga con una punta de hierro uy un pequeño. Gancho.

Boga: bogar. Arrancada, larga picada, ranchera levantada aguantada limpia sucia, de carabinero. Remadura bogada, remamiento bogar, remar, repalear, tragar

Bogada: arrancada, lo que anda tantas paladas, tanta velocidad.

Bogador: escalamero, remero remador, antiguamente Escalamero.

Bogavante: el primer remero del banco de la galera.

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