La Pasión Viviente de Castro inicia la cuenta atrás para celebrar su gran día

Más de 700 actores se funden con sus personajes y se aventuran en la importante empresa de representar la última parte de la historia de Jesús y es, en estas fechas, a apenas tres o cuatro semanas del gran día, cuando dan el 'do' de pecho en los ensayos, ya que salen a la calle para sondear la respuesta del público. Unos espectadores que no faltan a la cita de las representaciones de prueba en exterior de la Pasión que se están realizando ya estos días. Vecinos que son incondicionales a la cita porque, a lo largo del año, cuentan los días para la siguiente edición y les puede la curiosidad de conocer a los nuevos actores que darán vida a los personajes principales de este pasaje de la biblia.

Cientos de personas disfrutaron el pasado fin de semana de los primeros ensayos por las calles de la ciudad y en la Atalaya. Escenarios que acogieron las primeras representaciones de prueba protagonizado por el elenco de actores que participan en la trigésimo novena edición de la Pasión Viviente. Este año, el papel principal lo encarna un veterano, Alejandro Izurieta, que repite en el papel de Jesús -ya lo interpretó en 2019-. Su madre, Edurne Pérez, volverá a ser María. Además, el actor Imanol Vilella interpretará a Juan pero tomando buena nota de las escenas de Jesús, ya que él será quien representará este papel en la cuadragésima edición, tal como avanzó estos días el coordinador de la Pasión Viviente, Txetxu Arozamena. Es precisamente este responsable de que el engranaje funcione quien valoraba positivamente las primeras impresiones de los ensayos al aire libre. «Lo desarrollamos muy bien, acudió mucho público», destaca Arozamena, que considera «muy importante que el primer domingo de representación que hacemos de la crucifixión acuda la gente a vernos». Imprescindible también que acompañe el tiempo, como así fue.

Las principales novedades que encontrarán en esta edición los espectadores están en los personajes principales, que rotan cada dos años -a excepción de los papeles de Jesús, María y Juan, que cambian cada edición-, por lo que este año serán otros castreños los que interpreten a los apóstoles, los sumos sacerdotes judíos, Herodes o Pilatos.

Nada fácil el papel de Arozamena, de dirigir y cuadrar los ensayos de los aproximadamente 750 actores que participan en esta recreación, pero siempre cumple con rigor, dándole al público lo que quiere, un relato fiel de los evangelios. El cambio de actores que había que efectuar este año ha añadido un plus de dificultad a la labor del coordinador, acostumbrado ya -después de tantas décadas- a salvar las contingencias que van surgiendo. «Hay que seguir adelante, eso siempre», matiza.

En el ensayo del domingo se representó toda la crucifixión, y el resto de las representaciones previas se realizan en el local a puerta cerrada hasta una semana antes de la fecha de La Pasión Viviente, cuando se efectúa el ensayo general ya en la calle.

Las representaciones más duras del personaje de Jesucristo, la de la flagelación, las tres caídas, o la crucifixión traspasan al público porque «son escenas bastante complicadas y de mucho sentimiento», reconoce Arozamena. Por ello, según explica, se preparan las mismas con especial celo en los detalles por parte de los miembros de la asociación .

También Alejandro Izurieta (Jesucristo) valora positivamente el primer ensayo en el exterior. Esta primera toma de contacto «me ha dejado sensaciones muy buenas». Una primera toma de contacto, también muy emotiva, por los pases que comparte con su madre, a la que está muy unido. «En la escena en la que estamos los dos solos y yo en teoría estoy muerto, al escucharla a ella llorando y emocionándose, se me caían hasta las lágrimas. Fue muy emotivo», rememora el actor principal.