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A sus 33 años, Javier Pérez, que accedió al cargo de alcalde en 2017 tras el fallecimiento de Pedro María Llaguno (estuvo 22 años al frente del Ayuntamiento), encara una nueva legislatura con la intención de que Cantabria y País Vasco firmen un convenio ... sanitario que evite la pérdida de empadronados.
-¿Cómo afronta esta nueva legislatura?
-Hemos cambiado un poco el equipo de gobierno, hay dos personas nuevas. Y con ganas de seguir trabajando para el pueblo, viendo un poco todas las necesidades que tenemos. Ya hemos empezado a luchar con el tema sanitario que era un asunto que teníamos pendiente de la anterior legislatura y otras obras que queremos llevar a cabo.
-En las pasadas elecciones de mayo su partido, el PRC, arrasó al obtener los siete concejales de la Corporación. ¿A qué cree que se debe ese gran resultado?
-Éramos la única lista formada por gente del pueblo. No sé muy bien por qué no se presentó otra lista más, porque siempre ha habido dos. Pedro Mari, mi antecesor, tenía gente a la que no agradaba y por ahí salía otra lista, y, tras estos dos años en los que hemos estado a prueba, parece que la gente está contenta a la vista de que no ha salido ninguna otra alternativa.
-¿Cómo lleva eso de gobernar sin oposición?
-En la pasada legislatura tampoco tuvimos oposición, porque el único concejal que no era del PRC no acudía a los plenos, así que no sé hacerlo de otra forma. En lugar de tener a alguien que te dé caña en los plenos, la gente te para en la calle y te plantea las necesidades que tiene e intentamos atender todo lo que está en nuestra mano. También plantean sus quejas por escrito. Al final, intentamos ser lo más neutrales que podemos con todo el mundo y no hay favoritismos. Y creo que esa es la clave para llevar un ayuntamiento y que la gente esté contenta.
-¿Además del cargo de alcalde tiene alguna otra dedicación?
-Sí, soy socio de una cooperativa que se dedicada a motores eléctricos y está en Gallarta. Desde que falleció Pedro Mari tenía claro que no iba a poner en riesgo mi situación laboral porque es la que me da de comer. Entonces estoy recuperando todas las horas que me voy y, a partir del 1 de septiembre, he solicitado una reducción de jornada, que supone un 25% del trabajo. Por ley tenía un 35% al trimestre de horas justificadas por salir del trabajo, pero nunca lo he querido aprovechar. Tampoco me parece justo que una empresa se tenga que hacer cargo de esto cuando ha sido una decisión voluntaria mía. En mi trabajo normalmente estoy en turno de mañana y puedo atender llamadas del Ayuntamiento. Un día a la semana intento venir a las doce al Ayuntamiento y por las tardes vengo a firmar cosas, además de que todos los días hablo con la interventora y la auxiliar.
-¿Qué sueldo va a tener entonces?
-Creo que son unos 12.000 euros brutos al año. Hemos calculado el dinero que me van a descontar en la empresa, como, por ejemplo, las pagas de socio...
-¿Qué es lo que peor lleva de su cargo?
-Quizá el primer año fue el más complicado hasta que cogí el ritmo. También está el tiempo que dedicas y, sobre todo, que te lo tomas todo a pecho cuando alguien te critica. Te lo tomas como algo personal. Y luego que en estos pueblos eres alcalde las 24 horas del día.
-¿Y qué es lo que más le satisface?
-Cuando tienes ideas que gustan y las puedes llevar a cabo. Por ejemplo, a la bolera se le ha dado un lavado de cara importante, entre lo que ha hecho el club y las subvenciones que hemos podido coger. También con el alumbrado, que se va a iniciar este año la tercera fase y la gente está muy contenta con la instalación de luces led. Hemos recuperado la Feria de la Hoya (se perdió durante unos años tras retirar el gobierno del PP la subvención hace dos legislaturas).
-Su antecesor en el cargo, Pedro Mari, dejó el listón alto, ¿no?
-La verdad es que en los 21 años que estuvo como alcalde le dio una vuelta importante al pueblo. Ahora nos queda conservar, que también es importante, y tener nuevas ideas y que salgan adelante.
-Teniendo en cuenta la situación geográfica de Valle de Villaverde, ¿se sienten a veces abandonados?
-La verdad es que desde que está el PRC en el Gobierno regional y Revilla al frente, a Valle de Villaverde se le hace caso e incluso tenemos algún privilegio. Además, contamos con servicios del País Vasco, mediante convenios en Sanidad, Educación y Transporte Público. Estamos muy contentos. Para Cantabria darnos estos servicios básicos supondrían un coste importante. Los vecinos, por cercanía, quieren ir al País Vasco. El transporte público enlaza con Bilbao, con Cantabria no hay. Y en materia educativa los niños van a Trucíos hasta Primaria, y después a Sopuerta y Balmaseda. Toda la educación es en el País Vasco. Aunque geográficamente estemos en Cantabria la vida la hacemos en el País Vasco.
-¿Qué servicios tienen en Valle de Villaverde?
-Consultorio médico, una autoescuela y luego, como negocios, dos restaurantes, farmacia, una tienda de ultramarinos, unos viveros, también hay algún autónomo de la construcción... Estamos perdiendo algún empadronado por el tema sanitario. Hay gente que se ha jubilado y vive aquí pero sigue empadronada en Bilbao.
-¿Qué objetivos se marca de cara a los próximos cuatro años?
-Nos queda por hacer el puente de Valverde, que ya se lo enseñamos al consejero. Y luego queremos llevar a cabo un parking de caravanas. El año pasado estuvimos a punto de adjudicarlo, pero Confederación nos denegó el permiso al estar al lado del río, aguas arriba de donde queremos hacer el puente. A ver si con la ampliación del puente nos dan permiso, y si no buscaremos otra ubicación. Otro asunto pendiente es la aprobación del Plan General, que lleva doce años tramitándose y está parado en Medio Ambiente.
-Hace unos días se reunió con el consejero de Sanidad para resolver un asunto que tiene que ver con el convenio con el País Vasco. ¿Es el tema más urgente que tiene entre manos?
-Sí. El problema es que nuestro médico no puede ver los historiales de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud . Los especialista del País Vasco nos atienden sin problema pero nos tienen que dar los informes en papel. Ahora otro problema es que en Osakidetza no recetan en papel y el especialista no puede meternos el tratamiento en nuestra tarjeta electrónica. El convenio sanitario se rompió en 2008 y desde 2016 hay un preacuerdo para que nos atiendan, pero sería bueno firmar un nuevo convenio como el de Asturias. También hemos solicitado una ampliación del horario de atención en el consultorio médico.
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