El Pleno de Guriezo aprueba la retribución de la alcaldesa en una sesión muy tensa

Las aguas siguen revueltas en Guriezo diez días después de que la edil exsocialista María Rivero se proclamase alcaldesa del municipio tras romper su pacto de gobierno con el PRC y suscribir una moción de censura con los cinco ediles que estaban en la oposición.

Este jueves se celebró la primera sesión plenaria del nuevo gobierno, la de organización, en la que se aprobó una retribución de 40.000 euros al año para la alcaldesa, mismo sueldo que su antecesor, y que estuvo cargada de tensión, ya que acabó con un edil del PRC, Luis Casas, abandonando el salón de plenos después de que la alcaldesa, María Rivero, decidiese no darle la palabra en uno de los puntos del orden del día.

La sesión, a la que sólo pudieron asistir diez vecinos para poder respetar las medidas de seguridad, salvo en los momentos en los que hubo discusión entre equipo de gobierno y oposición, se desarrolló de forma muy rápida. En menos de una hora se trataron los diez puntos que figuraban en el orden del día. Y es que el nuevo gobierno dejó claro que su intención, al menos este jueves, era no entrar en discusión con los regionalistas. Pero hubo momentos en los que fue inevitable.

El primero punto a tratar, el de la aprobación de las actas de sesiones anteriores, un asunto que suele ser de mero trámite, provocó la primera discusión. En este caso entre el edil de Montes, Adolfo Izaguirre, y la secretaria municipal, como consecuencia del acta del Pleno en el que se aprobó la moción de censura. Izaguirre reprochó a la funcionaria que no hubiese recogido su intervención íntegra de ese día y la secretaria, que acusó al edil de Montes de «tener un problema personal con ella», se defendió asegurando que hubo declaraciones que no pudo transcribir por los continuos abucheos y gritos del público asistente.

El exalcalde Ángel Llano intervino para calificar de «acto bochornoso» el que Izaguirre quisiera «meter lo que no metió el otro día». Tras la discusión, el acta no se aprobó ya que no hubo ningún voto positivo. En el punto de la composición de los grupos políticos surgió otro desencuentro después de que Rivero anunciase que ella representaba a la institución. Fue entonces cuando Llano le pidió que diese lectura al documento que le había remitido el PSOE, que según señaló este jueves este periódico es la baja definitiva de Rivero, aunque ella lo desmintió. El siguiente encontronazo vino después de que el edil del PRC, Luis Casas, pidiese intervenir en el punto de creación de las comisiones informativa.

Pero la alcaldesa no le dio la palabra y tras advertirle dos veces de que le expulsaría si no aceptaba su decisión, el regionalista abandonó el salón. «Esas son las formas dictatoriales que ha aprendido en un día con sus nuevos compañeros», apuntó Llano, a lo que Rivero dijo que «no quiero polémicas, solo que hablemos con educación».