«Quise denunciar la desaparición, pero su hermano me dijo que lo dejáramos»

«Quizá se hizo algún chequeo por su cuenta y le ha salido algo que no me ha dicho». «José María se marchó el 21 de febrero a pasar dos o tres semanas por Cantabria y Asturias con unos antiguos amigos del trabajo a los que no conozco. El día 10 de marzo vuelve sólo para decirme que se marcha otra vez, otras dos o tres semanas a casa de unos amigos en Fuenterrabía». Estas son algunas de las frases con las que Carmen explicó el hecho, recogidas en el sumario de la causa, que todavía permanece en secreto por orden del juez y al que ha tenido acceso Tele 5. Frases que corroboran la versión ofrecida desde el primer momento por los familiares de la víctima. «Ella decía todas esas cosas, pero nunca llegué a creerme que Jesús Mari hubiera desaparecido así como así, no era propio de él. Era imposible que se hubiera ido sin decirnos nada, y menos durante tanto tiempo», defendió siempre su primo, Carlos Ricondo, con el que mantenía una relación muy estrecha.

Durante varios meses Carmen mantuvo su versión de los hechos: «Yo sólo podía contactar con él por WhatsApp, siempre que le llamaba daba apagado». «Tuve que cambiar el móvil porque el mío se cayó al cubo de la fregona y por eso sólo tengo los últimos mensajes», confesó ella, según la información recogida en el sumario.

En abril, tras varios meses sin saber nada de Jesús María, la familia interpuso finalmente la denuncia por desaparición. Al enterarse, Carmen Merino le entregó una caja cerrada a una amiga. La misma en la que en la madrugada del día 28 de septiembre se descubre la cabeza de Jesús Mari.

El 1 de octubre de 2019 la presunta asesina ingresó en prisión provisional en el penal de El Dueso y se decretó el secreto de la investigación. Unos documentos que recogen aún más declaraciones de la investigada.

«Él se llevó doce mil euros en metálico, un talonario de cheques y tarjetas de crédito. La primera vez se llevó una maleta con ropa, pero la segunda no», explicó ella sobre la desaparición de quien hasta entonces había sido su pareja.

También argumentó acerca de su intención de denunciar su desaparición, y de la negativa que, según su versión, encontró en la familia: «Le dije al hermano de Jesús María que podíamos ir a denunciar porque lo mismo le había pasado algo. Pero su hermano me dijo que lo dejáramos, que lo mismo Jesús María se lo estaba pasando bien», punto que niega el hermano de la víctima. Son todas explicaciones que Carmen ofreció antes de que apareciera la cabeza, porque tras ese hecho siempre decidió acogerse a su derecho a no declarar.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria rechazó el pasado julio la petición de libertad condicional solicitada por su abogado. Y es que este periódico tuvo acceso el pasado 24 de julio a una parte del sumario en el que se revelaba parte de la investigación de la policía judicial en el caso. Según recoge el texto, el área de delitos contra las personas de la Guardia Civil considera a Carmen Merino -en prisión provisional desde octubre- autora de la muerte del que fuera su novio durante siete años, «habiendo cometido el hecho violento previo estudio y de manera premeditada, siendo escrupulosa con la destrucción de todo vestigio o indicio que pudiera suponer una incriminación de la misma». La Guardia Civil ha llegado a la conclusión de que a Merino le movió un interés económico.