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La iglesia de San Vicente de la Maza, en el barrio de Rioseco, se llenaba de guriezanos el pasado sábado para despedir a la congregación religiosa del Instituto de Hijas de María Santísima del Huerto. En los últimos tiempos y hasta su marcha, tan solo ... cuatro monjas residían en el antiguo edificio que albergaba el colegio Ubilla Núñez, lo que ha derivado en que las conocidas como Hermanas del Huerto tengan que dejar el que hasta ahora fue su hogar para dirigirse a Pamplona, encabezadas por la hermana Nieves, su superiora, quien llegó a Guriezo hace ocho años.
Las religiosas llegaron hace setenta años al municipio desde Buenos Aires, en Argentina, fundando en 1949 la primera casa en España, siendo esta la correspondiente al Colegio Ubilla Núñez. El centro educativo también operó como internado, cesando más tarde como colegio, pero continuando como comedor al que acudían los niños del colegio público. Más tarde, cuando el Colegio de Las Nieves contó con cocina propia, los escolares dejaron de ir al antiguo colegio de Rioseco a recibir el servicio de comedor.
El pasado sábado, setenta años después de la fundación del hogar de estas monjas, se celebró el acto de despedida que comenzó con la eucaristía a las 12.00 horas en la parroquia, a la cual estaban citados los últimos párrocos que habían estado en Guriezo, así como los sacerdotes de los pueblos colindantes, acudiendo uno en cada caso.
La misa fue cantada por el coro parroquial y por el Coro de Cámara Gaudia Música. Entre los asistentes, acudieron las autoridades municipales y al finalizar el acto se manifestaron los agradecimientos a estas hermanas con regalos, como un cuadro del edificio y la parroquia y un cesto de flores. «Individualmente, a cada una de las cuatro monjas se les entregó unos presentes que resultaran de utilidad para ellas», explicó Almudena Martínez, vecina del barrio guriezano de Santa Cruz y asistente a la despedida. Estos presentes fueron entregados por cuatro niños que participaron en catequesis, cuatro exalumnas y cuatro personas de diferentes barrios de Guriezo, representando así al pueblo y cuatro personas del Consejo Parroquial, en representación de las parroquias. «Después fuimos al comedor de su casa donde estuvimos recibiendo comida que los vecinos habían preparado para compartirla más tarde entre todos. Pasamos un buen rato», señaló Martínez.
La superiora de las Hermanas del Huerto, la hermana Nieves, agradeció a los vecinos «el cariño recibido». «En 70 años se han compartido muchas actividades y hasta hace dos años hemos tenido campamentos y grupos de oración y la congregación siempre ha estado abierta a las actividades de la parroquia. Entre muchas cosas, la misión por la que vienen las hermanas a Guriezo fue la educación de los niños y la juventud y forjar personas para el mañana», recordó la Superiora.
Además, la hermana Nieves agradeció cómo el pueblo las ha tenido «siempre cercanas» y a su lado. «Nos marchamos con pena por todas las personas que han estado a nuestro lado. Nos vamos dejando algo nuestro, pero aquí queda toda la labor que las Hermanas del Huerto han realizado. Somos humanas y tenemos sentimientos y afecto y es un momento que brota en el corazón por todo lo que nos habéis querido y dado. Querem0os dar las gracias por todo lo que hemos vivido juntos», concluyó la superiora.
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