Los trabajadores del Castrobús aplazan los paros del servicio hasta mediados de febrero

Lo que ha motivado el descanso de las protestas ha sido, según indicó en un comunicado el Sindicato Cántabro de Asalariados del Transporte (SCAT), el interés mostrado por la nueva dirección de la zona norte del grupo empresarial Alsa, adjudicataria del servicio, en desbloquear el conflicto laboral que viene desarrollándose desde el mes de Junio del pasado año.

Desde el sindicato señala los avances que se han alcanzado con la nueva directiva, que por un lado, han devuelto el dinero que les habían descontado de más en las nóminas por los paros de dos horas de una parte de los trabajadores, aunque apuntan que aún faltan algunos sin devolver, ya que les habrían restado más de 300 euros al mes cuando deben ser 50 mensuales por término medio y trabajador. Hechos que, según el sindicato, están demandados ante el Juzgado de lo Social por vulneración de derechos fundamentales, «dado que el objeto de esa actuación empresarial era mermar el ánimo de los trabajadores y la capacidad y eficacia de la huelga».

Por otro lado, han comenzado a reparar algunas cuestiones planteadas por los trabajadores en materia de prevención de riesgos y seguridad, como los habitáculos de conducción, entre otras deficiencias, y también se ha abierto la posibilidad de negociación de los servicios especiales nocturnos «que la empresa pretende imponer, cuando son, precisamente, servicios especiales que no están dentro del pliego de condiciones del contrato de adjudicación».

Las concesiones de la nueva dirección, y a petición de ésta, los trabajadores del Castrobús suspendieron y aplazaron los paros convocados desde finales de la semana pasada hasta mediados del mes de febrero. Para ellos es «tiempo suficiente para alcanzar acuerdos relativos a la parte de prevención de riesgos y seguridad de los vehículos, como de la parte estrictamente laboral referida a los servicios especiales nocturnos», ya que de no ser así «sería muy decepcionante para todos y continuarían los paros».

Los trabajadores recordaron que la actual situación de «desperfectos, desgastes y deterioros» en los vehículos de la empresa adjudicataria que prestan servicio en el transporte urbano municipal de Castro Urdiales y que le han acarreado sanciones por parte del Ayuntamiento, «muestran la evidencia de no estar en condiciones para prestar un servicio público adecuado y digno, que han dado lugar a bajas por incapacidad laboral de carácter musculoesquelético en los trabajadores».

Para los trabajadores la reparación que se pretende «no deja de ser un parche», pero «alivian y mejoran un poco las condiciones que venían padeciendo los trabajadores en las carencias en prevención de riesgos laborales y de seguridad en los vehículos para los trabajadores».

Aún así, no desconvocan la movilización en su totalidad «en pro de mejorar el servicio, en el sentido de tratar lograr el pleno cumplimiento del pliego de condiciones del contrato de adjudicación del mismo y los trabajadores y la ciudadanía de Castro Urdiales dispongamos de autobuses nuevos». En realidad, afirman que los vehículos debieran haber sido sustituidos por otros nuevos, y se trata de una reivindicación que no es exclusiva de la negociación colectiva, sino que «existen otros ámbitos y agentes implicados que superan el ámbito laboral».