El último capítulo del viejo pleito por las lindes entre Trucíos y Guriezo

La Diputación Foral de Vizcaya ha puesto ya fin a la disputa territorial que mantenían Trucíos (País Vasco) y Guriezo (Cantabria) por 800 hectáreas de terreno que son cien por cien cántabras. Lo ha hecho con un escueto decreto publicado esta semana en el que procede a eliminar de su catálogo de carreteras la lista de vías y pistas que mantenía hasta el momento y que pertenecen a nuestra Comunidad Autónoma. Es un reconocimiento expreso de titularidad que pone fin a un problema de lindes que ha dado para muchos capítulos los últimos cinco siglos, pero que ya estaba resuelto por los tribunales hacía tiempo.

Termina así una batalla que se saldó con la sentencia del Tribunal Supremo de 2008, que fue avalado por una posterior resolución de la Audiencia Nacional, y que le daba la razón a Cantabria en cuanto a sus reclamaciones territoriales. Un pedazo de tierra que atraviesa montes y la pedanía de Agüera, donde algunas viviendas se veían en la tesitura de tener que abonar una doble fiscalidad (vasca o cántabra) dada la disputa por el territorio.

El decreto viene a desvincularse de la propiedad de esas carreteras que, ahora, serán competencia del Gobierno de Cantabria. También los montes que hay entremedio, aunque algunos sean «propiedad de Trucíos» pero se encuentren en una «isla» dentro de Guriezo. Otra paradoja fronteriza que tendrá que gestionar el Gobierno de Cantabria que es quien tiene la competencia.

Es, por tanto, el punto final o seguido a un conflicto por las lindes que han enfrentado históricamente a estos dos municipios vecinos. Una frontera a la que los vascos no querían renunciar y que se tuvo que dirimir en los tribunales. Esto dio lugar a episodios como 'la guerra de los carteles' en 1995, cuando el Ayuntamiento de Guriezo echó abajo los paneles indicativos en Euskera para colocar los cántabros.

Tras la sentencia del Supremo de 2008 los de Vizcaya no se quedaron conformes y presentaron recursos y apelaciones. Las perdieron todas. Con el veredicto del deslinde a favor de los cántabros, en 2013 se inició el procedimiento para colocar los mojones. Al menos se intentó por parte de técnicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), sin embargo el acto fue suspendido ante las desavenencias expresadas por la comisión vasca, al considerar estos una humillación la colocación de los hitos. Tras ello, llegaron más resoluciones a favor de la cantabricidad de las 800 hectáreas y, aunque los vascos consiguieron retrasar el proceso, en 2019 se colocaron los límites en su sitio. Se hizo en la cumbre del Pico Vetayo, culminando así el polémico deslinde entre Cantabria y Vizcaya, aunque la representación vasca siguió expresando su disconformidad. Por ello, no ha sido hasta estos días cuando el Gobierno Foral ha rematado la operación, descatalogando 500 de los 2.500 metros que tiene la BI-2617 a su paso por Guriezo. Lo ha hecho para «adecuarse a la delimitación administrativa vigente», según reza el decreto.

«Con esta noticia estamos mucho más tranquilos, ya no hay dudas, y ya no habrá ningún problema para ejercer las competencias», relataba el alcalde de Guriezo, el regionalista Ángel Llano que aplaudía la decisión de la Diputación Foral de Vizcaya de sacar de su catálogo de carreteras un tramo que sale del municipio vasco de Trucíos hacia los montes guriezanos. En total, 800 hectáreas de terrenos que recupera Guriezo y Cantabria, que ocupaban parte del terreno del casco urbano de la pedanía Agúera. Una localidad en la que muchos de sus vecinos tenían problemas burocráticos por una doble fiscalidad, la cántabra y la vasca. «Son casos que ya se han ido solucionando con las sentencias pero esto ya es el punto y final», explicaba el regidor que recordaba como en 2013, los técnicos vascos iban levantando acta «mojón por mojón» para oponerse al deslinde que planteó el Instituto Geográfico Nacional (IGN) y que fue ratificado por el Tribunal Supremo dando así la razón a Cantabria y Guriezo. Una batalla por las lindes que ha durado siglos. Ahora, tal y como recuerda «muy contento» el regidor, Cantabria deberá ejercer sus competencias sobre esos terrenos y montes.

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