Una de esas vecinas 'con papeles' «de toda la vida» es María Josefa Azcunaga, de Villaverde, quien comentó que le parece «bien» la iniciativa, pero que la tienda del pueblo la cierran a últimos de agosto y que solo lo podrán gastar en los bares o restaurantes. «El despoblamiento es una pena para el pueblo, pero como no tenemos ni médicos, ni bancos y cada vez hay peores servicios de transporte público, pues la gente se tiene que ir a otros municipios», lamentó. Por su parte, Luisa González, también empadronada, opinó que no sabe si esta ayuda hará que la gente se empadrone, pero que «viene bien a los vecinos y a las empresas». «Tiene que haber mejores servicios. A mí no me han dado nunca un cheque y siempre pretendo dejar dinero en el pueblo para mantener lo que tenemos, no cuando cierran echarnos las manos a la cabeza», señaló. Por último, Josune Gómez, también registrada legalmente, destacó que hay vecinos que se están desempadronando por la situación sanitaria. «Si tuviéramos una sanidad decente, más gente se empadronaría», reivindicó
El municipio cuenta con unas 150 hojas padronales y, en caso de que no se empleen los 10.000 euros, se repartirá entre las solicitudes aceptadas. La alcaldesa de Villaverde, Esther Gómez, recordó que el municipio está incluido en la lista de pueblos con riesgo de despoblación severa, debido, entre otros motivos, a la situación de «despoblamiento administrativo». «No quiere decir que no tenga habitantes, sino que no se fijan. La gente se empadrona en los pueblos colindantes de Vizcaya y uno de los motivos más importantes es la deficiencia en los servicios sanitarios», denunció la regidora que no es la primera vez que protesta por este asunto.
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