![«Jamás vimos un moratón ni signos de maltrato»](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/02/09/91585642-kzeC-U2101487664248ZtG-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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David S. Olabarri
Castro Urdiales
Lunes, 12 de febrero 2024, 17:51
María (nombre ficticio) no se podía creer ayer la declaración que realizó ante la Fiscalía el hijo mayor de Silvia López Gayubas. Esta mujer no salía de su asombro al leer que el chaval de 15 años aseguraba que su madre les maltrataba habitualmente. Y ... no se lo podía creer porque les conoce muy bien a todos ellos, tanto a los niños como a sus padres. «Jamás he visto un moratón o algún signo de que a esos niños les estuviesen maltratando», subraya en una conversación con el periódico El Correo.
María ha compartido muchas horas en la parroquia con Silvia. También coincidían en actividades relacionadas con la iglesia. Tenían buena relación e insiste en que ella y su marido eran unas «personas buenas», que se preocupaban por los demás y siempre trataban de echar una mano en lo que pudiesen. «Parece un tópico que se suele decir en estos casos, pero es que es la verdad», apunta.
María, de hecho, ha sido también la catequista del hijo mayor de la pareja. Le veía todas las semanas, junto a un pequeño grupo de unos seis o siete chavales. Todos juntos participaban en salidas al monte, en las que el ambiente era más distendido. María recuerda que este joven era un niño «modelo», al que todos ponían como ejemplo. Era estudioso, era agradable y tenía buen comportamiento. La catequista indica que los chicos eran bastante «tímidos», pero recalca que no era algo exagerado. De hecho, subraya que en las salidas colectivas solían participar en las actividades grupales. Otra de las cosas que definía a estos dos hermanos era lo unidos que estaban. «Siempre iban juntos a todos sitios».
Esta vecina de Castro insiste en que «jamás» vio ningún indicio de malos tratos físicos ni emocionales. No los vio en las formaciones en la parroquia ni tampoco en las salidas al aire libre. Tampoco cree que su madre fuese «especialmente exigente».
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