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Reinó cierta confusión en los primeros días, cuando trascendieron las denuncias de dos familias por el contenido de unos chats en los que participan alumnos de un colegio concertado de El Astillero. En un primer momento, algunos medios de comunicación nacionales sugirieron entre líneas ... que en las imágenes de porno duro y violencia extrema que la Guardia Civil estaba investigando podrían aparecer escolares del centro. Pero, según ha aclarado la dirección del San José a los padres de alumnos en una carta que ha enviado estos días, «no existe la más mínima posibilidad de que los estudiantes puedan aparecer en las imágenes mencionadas, ni tampoco han sido realizadas ni obtenidas en el centro».
Las imágenes, una parte de las cuales han sido visionadas por este periódico, están sacadas de internet en formato de memes y de 'gift'. En la denuncia tampoco se especifica que se hayan visto imágenes con alumnos.
La misiva lleva la firma del director (Miguel Ángel Lavín) y en ella se traslada «todo el apoyo a las familias afectadas directa e indirectamente» También se pide disculpas a los padres por «las molestias que está causando la situación».
Esta ha roto la rutina en los primeros compases del curso, ya que al saltar la noticia el pasado domingo -avanzada por El Diario Montañés- se desató el interés de los medios de comunicación de todo el país y hubo cámaras de televisión grabando en los horarios de entrada y salida del colegio, algo que incomodó a padres y abuelos.
En esos días, saberse que en un chat de escolares se había difundido contenido pornográfico y violento era lluvia sobre mojado: apenas una semana antes se habían conocido las denuncias de una treintena de familias en Almendralejo. A sus hijas (de entre 12 y 14 años) las habían 'desnudado' de forma hiperrealista con un programa de Inteligencia Artificial (IA).
En este contexto, la dirección ha comunicado a las familias que, «por la incertidumbre que pueden estar causando las informaciones» relativas al caso de El Astillero quiere transmitir «un mensaje de tranquilidad y, ante todo, absoluta seguridad de que la integridad de hijos e hijas no está cuestionada».
Además, se recuerda que está abierto un proceso de investigación tanto por parte del colegio (con supervisión de Educación) como por la Guardia Civil. «Por la naturaleza de los hechos» y el debido respeto a la intimidad de los menores implicados se debe abordar con absoluto cuidado y confidencialidad».
En el centro sigue adelante la instrucción de un 'procedimiento disciplinario ordinario' cuya apertura en estos términos implica que el colegio asume de antemano que se encontrará con conductas «gravemente perjudiciales para la convivencia».
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