La decisión de Castañeda, que entró esta legislatura en la Corporación municipal tras la dimisión de Carlos Cortina, generó mucho revuelo. Las reacciones por parte de PP, PSOE y IU no se hicieron esperar y en ellas, la palabra tránsfuga fue la más repetida. «Que me llamen lo que quieran. Le pese a quien le pese, soy del PP y agotaré esta legislatura hasta el último día con estas siglas. Lo que no soy es una persona que se deje manipular. He hecho lo que, por coherencia y responsabilidad, debía de hacer», se defendió la concejala popular al término de la sesión.
Horas antes, la tensión ya se palpaba en el aire. Cuando apenas faltaban unos minutos para las once de la mañana, un buen número de butacas del rincón de los oyentes ya estaban ocupadas. Enfrente, en el lugar que ocupan los miembros de la Corporación, las diecisiete botellas de agua ya estaban colocadas. Se sabía, por el comunicado conjunto de PP, PSOE e IU del día anterior, que solo cinco de ellas –las del PRC– se utilizarían. Pero alguien prefirió saltarse el plante de la oposición.
El primero en ocupar su lugar fue el secretario, que lo primero que hizo fue consultar el libro de ordenamiento jurídico. Nunca se había dado una situación así. Luego, llegó la interventora y a continuación, Consuelo Castañeda. La concejal del PP entró con paso firme y gesto serio. Miró tímidamente a los asistentes y se sentó en su silla de siempre. No medió palabra. Tampoco hacía falta, solo su presencia ya bastaría para levantar, fuera del salón de Plenos, más de una ampolla entre sus compañeros de la oposición. Tras la llegada de los cuatro ediles del PRC, el último en entrar a la sala fue el alcalde, que primero miró a Consuelo y luego dio los buenos días.
El Pleno se inició como viene siendo habitual, pero con la particularidad de que 11 de los 17 concejales estaban ausentes –la no adscrita Bella Gañán tampoco asistió, pero lleva varios Plenos sin aparecer por cuestiones que se desconocen–.
«Que conste en acta, señor secretario, que a la Alcaldía no han llegado las justificaciones debidas por la ausencia de los concejales, por lo que se adoptarán las medidas oportunas», señaló el regidor antes de que se procediera a la aprobación de las modificaciones presupuestarias para el pago de las dotaciones económicas a los clubes, asociaciones, entidades y colegios públicos, así como al trámite para el pago de las facturas pendientes. Todos los puntos contaron con el apoyo del PRC y de la única concejal de la oposición presente en la sala y, eso sí, en uno de ellos, el alcalde se aseguró de preguntarle a la interventora si se había entregado la documentación a los miembros de la oposición, como ellos le había reclamado. Ella respondió que «sí».
Tras el Pleno, Francisco Ortiz celebró que, finalmente, «y pese a las maniobras torticeras de la oposición», se hayan aprobado las propuestas. Sin embargo, el alcalde afirmó sentir una «tremenda tristeza» al ver «cómo unos concejales que están para representar a los vecinos, hacen dejación de sus funciones y anteponen los intereses partidistas». Ortiz lamentó que «con ánimo de atacar al equipo de gobierno regionalista, PP (a excepción de Castañeda), PSOE e IU hayan organizado lo que ellos mismos anunciaron como un plantón, y hayan incumplido su obligación de asistir a un pleno convocado en tiempo y forma, para sacar adelante los cuatro puntos que en la última sesión ellos forzaron a dejar sobre la mesa».
«Tránsfuga»
Las reacciones entre los grupos de la oposición fueron más allá, ya que la mayoría coincidió en tildar a Castañeda de «tránsfuga». El portavoz del PP, Fernando Arronte, aseguró no sentirse «sorprendido» por la actitud de la concejala de su grupo, ya que «hace lo que la da gana», indicando que desde que conoce que no irá en las listas, «ha establecido contacto con otros grupos como PRC y VOX», por lo que animó a Castañeda a abandonar su acta. Según apuntaron fuentes del PP, Castañeda habría solicitado ir como número dos en el partido local y, tras la negativa, su distanciamiento ha ido creciendo.
El portavoz del PSOE, Salomón Martín, lamentó que asuntos «de tanta importancia y relevancia para nuestro municipio se hayan aprobado únicamente con los votos del PRC y de una concejala tránsfuga» y defendió su postura ante la falta de documentación. «Eso es responsabilidad», dijo.
Leticia Martínez, de IU, arremetió contra el alcalde y la concejala popular. A Ortiz le criticó por la «falta de talante democrático» al sacar adelante propuestas «valiéndose de la trásfuga del PP». Y de Consuelo dijo que la próxima vez que la vea la llamará eso y «mala compañera».
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