El Gobierno licita por 14,1 millones el último tramo del enlace que unirá la S-10 y la S-30

El tramo de carretera entre Morero y Liaño que se ha sacado a licitación tiene una longitud de casi 620 metros, de los cuales 427 corresponden a un viaducto que permitirá salvar la Ría de Solía. Se trata de una estructura mixta de tipología aporticada, que, por un lado, se elevará sobre el canal principal de la ría, con un vano de unos 75 metros de longitud, mientras que el resto de la estructura es un paso elevado. El viaducto tiene una anchura final de 13.05 metros. La calzada está formada por dos carriles de 3.25 metros y arcenes de 1.10 metros, a lo que se une, en uno de los lados, una acera de 2.75 metros. Asimismo, se habilitará en uno de los extremos del puente un acceso a la vía verde que discurre por el margen de la ría, en el lado del municipio astillerense.

El proyecto que ahora sale a licitación, fue presentado ayer en un acto público ante numerosos empresarios por el consejero de Obras Públicas, José Luis Gochicoa, que recordó que esta última fase se ha demorado «más de lo deseado» debido a la carestía de las materias primas, entre otros motivos, lo que propició que tuviera que sacarse nuevamente a licitación, pero «hoy estamos muy ilusionados».

En opinión del responsable de Obras Públicas, esta última fase del enlace entre la S-10 y la S-30 se trata de «una de las obras más importantes» de la región, porque finalizará la conexión de los polígonos industriales de Guarnizo y de Morero con las principales vías de comunicación de la región, con una salida directa a la red de autovías en la S-30 y, a su vez, facilitará el tránsito entre los diferentes núcleos de la Bahía de Santander con un camino «más corto y directo» y mejorando los accesos a los municipios.

A ello se suma la posibilidad de que nuevas empresas se puedan instalar en el polígono, dada su «buena conectividad», lo que «genera riqueza y empleo y esa es nuestra prioridad». «Estamos muy contentos de que esta obra permita mejorar el polígono industrial», concluyó el consejero.

Finalmente, los alcaldes de El Astillero y de Villaescusa, Javier Soberón y Constantino Fernández, respectivamente, acogieron con una enorme satisfacción la inversión del Gobierno de Cantabria en este nuevo vial, que permitirá que las relaciones sociales y económicas de ambos municipios estén mucho más consolidadas. Además, ambos se mostraron «muy contentos» porque después de las dificultades que ha tenido esta fase «va a ser realidad».

Con se licitación de esta tercera fase se pone fin a un proceso que se inició en 2008 con la adjudicación, bajo el mandato del PRC, de la construcción del primer tramo, que se inauguró, con bastante retraso (a principios de 2013) ya con el PP en el Gobierno regional, y que venía a facilitar la conexión de los polígonos astillerenses con la S-10 para mejorar su acceso a la red de autovías. Posteriormente se ejecutaron las obras del tramo Crucero de Boo-Polígono de Morero, inauguradas en diciembre de 2019, que han mejorado la accesibilidad entre los dos polígonos industriales de la zona, dando continuidad al tramo anterior. Ahora, con unas obras que el consejero espera que puedan dar comienzo a finales del presente 2023, se completará una conexión que vio sus primeras luces hace ahora 15 años y que supondrá una inversión global que llega a los 27 millones.