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samira hidalgo
Lunes, 25 de septiembre 2017, 13:21
En Llanos de Penagos se encuentra la Finca La Garma, una granja escuela que realiza distintas actividades para acercar la vida en el campo a niños y jóvenes. Sostenibilidad, ecología, reciclaje y respeto por el medio ambiente son algunas de las ‘asignaturas’ que los visitantes aprenderán a través de juegos, actividades y talleres sin darse apenas cuenta.
El Ayuntamiento de Camargo y la granja escuela participan juntos en este proyecto desde hace diez años. Se trata de una iniciativa consistente en ofrecer 50 plazas en cada uno de los dos períodos organizados en primavera y en otoño y está destinada a niños que quieran pasar unas mañanas rodeados de naturaleza. Por tanto, durante los sábados del próximo mes de octubre, medio centenar de niños de entre cinco y trece años podrán disfrutar y aprender de la vida en el campo en las cuatro salidas organizadas en los días 7, 14, 21 y 28.
Puesto que se trata de una granja ubicada en plena naturaleza, los participantes observarán e interactuarán con los animales en semilibertad que allí se encuentran como caballos, vacas, patos, chones, ovejas y cabras. «Una de las actividades más demandadas es el paseo en caballo», asegura Javier Irusta, director de tiempo libre de la granja escuela, quien calcula que a lo largo de esta década han pasado unos 800 niños del municipio mediante este programa.
Las jornadas están repletas de juegos y actividades que giran en torno a la naturaleza, son todas educativas, dejando a un lado la competición. El director recuerda una de esas actividades: «Algún día hemos jugado a los indios, haciendo nuestras propias flechas y arcos con plumas cogidas del gallinero y hemos hecho también las dianas con la creatividad como principal protagonista», manifiesta.
Sin duda, en los tiempos que vivimos es muy importante que los más pequeños sepan de donde viene la comida y la bebida, algo que se enseña a la perfección en la granja escuela donde, como cuenta Irusta, cada día realiza el almuerzo un grupo para todos los demás: «Van al gallinero a coger huevos, lo mezclan con harina y hacemos bizcochos, rosquillas o magdalenas para que vean como los ingredientes pasan del animal al producto final», asevera el responsable.
En cuanto a los grupos, el director indica que en primavera se suelen ocupar las 50 plazas y que en otoño suele haber alguna menos «porque a los padres les retrae la lluvia». Sin embargo, desde la granja aseguran que «salga el sol o llueva aquí los niños disfrutan igual».
Además de este tipo de iniciativa, desde La Garma defienden una finca «auténtica», con una cooperativa compuesta por 25 familias de la huerta ecológica, también venden pollos, fruta, sidra, miel y leña. «Es algo dinámico y tienen cabida otros proyectos como la bioconstrucción, consistente en construir de forma más sana y sostenible e incluso la elaboración de biodiesel», comenta el director, quien haciendo un balance general asegura que «vemos que los niños están contentos, que repiten temporada tras temporada, lo que genera un ambiente muy familiar y nos da mucha satisfacción porque queremos que los niños se diviertan y el entorno es propicio para ello».
Uno de los papeles fundamentales para el correcto funcionamiento de la granja escuela es el de los monitores, habiendo aproximadamente uno por cada diez niños. Éstos organizan distintas actividades y talleres como el de cocina, bioconstrucción, paseos a caballo y en carro, senderismo, cuidado de animales y trabajos relacionados con la huerta ecológica como la plantación, la poda y la recolección. En algunos de ellos elaborarán además productos artesanales como pan, yogurt, jabón o mermelada.
Por su parte, la concejala de educación, Jennifer Gómez, declara que la iniciativa «tiene mucho éxito entre las familias, de ahí que haya que seguir manteniéndola y promocionándola porque va más allá de una actividad lúdica y saludable». La edil explicó que «psicólogos de todo el mundo están diciendo que los chavales de hoy son muy sedentarios, sin contacto con la naturaleza, por lo que no pueden experimentar y aquí van a vivir lo que es una granja y la naturaleza de primera mano en uno de los ambientes más saludables en los que se puede estar». Según algunos participantes le han contado, Gómez indica para concluir que «a los niños les gusta mucho y quedan encantados de aprender otras maneras de vivir».
En cuanto a los precios, los cuatro días mencionados, incluyendo el desplazamiento en autobús desde Maliaño, tienen un coste de 37 euros, 32 en caso de que participen más hermanos y 18,50 si se trata de familia numerosa. Las salidas se efectuarán desde las inmediaciones de la Casa Joven del Parque de Cros a las 9.30 horas, regresando al mismo punto a las 14.30.
Las inscripciones pueden realizarse hasta que se completen las 50 plazas dirigiéndose a la Casa Joven en el Parque de Cros, de lunes a viernes de 9 a 14 horas, además de recibir información a través del teléfono 942 26 12 83, en internet mediante el correo juventud@aytocamargo.es, en la página www.aytocamargo.es o a través de los perfiles de la Casa Joven en Facebook e Instagram.
La granja vuelve a Camargo. Los más pequeños se preparan para la vida rural.
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