Medio Ambiente finaliza el trabajo de campo para conocer el origen de los malos olores de Guarnizo

El Gobierno de Cantabria ha finalizado el trabajo de campo para descubrir el origen de los malos olores de Guarnizo, que será comunicado en el mes de febrero al Ayuntamiento de Astillero cuando los estudios odoríferos realizados terminen y se expongan las primeras conclusiones. Según ha señalado el Consistorio en una nota de prensa, tras llevar a cabo diferentes trabajos de detección durante los últimos meses en diferentes zonas, principalmente de Guarnizo, se deben analizar ahora los datos recogidos durante este periodo por medio de análisis de las muestras en el laboratorio.

El estudio odorífero que ha llevado a cabo el Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Medio Ambiente, fue un encargo del alcalde de El Astillero, Javier Fernández Soberón, en una de las reuniones que mantuvo en sede gubernamental para abordar esta problemática.

Por eso, hoy, el regidor municipal aseguró que la colaboración que en este sentido han mantenido la Consejería de Medio Ambiente y Ayuntamiento es «un ejemplo» de que «se puede trabajar de manera conjunta entre dos administraciones» para intentar dar solución «a un problema que sufren muchos vecinos».

En este sentido, añadió Soberón «esperamos que con estos resultados que arroje la Consejería consigamos dar ya por fin con el foco de los malos olores y, lo más importante, que no se vuelvan a producir nunca jamás».

Aunque no se haya solucionado todavía, el impacto del olor en la zona «se ha reducido», aseveró el Gobierno regional en nota de prensa, gracias a los controles extraordinarios y al aumento de la presión policial, subrayó. Aún no se ha dado aún con la causa ni, por lo tanto, con la solución al problema, por lo que ambas administraciones «van a seguir trabajando de manera conjunta».

«Gracias a la presión policial y a ese control exhaustivo se ha conseguido reducir de manera puntual esos olores que hace unos años eran muy persistentes en el tiempo y muy potentes y, a día de hoy, la frecuencia se ha reducido bastante y también la intensidad de los mismos», concluyó Soberón.