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El delegado del Patrimonio del Obispado de Santander, José Manuel Ortiz del Solar, ha autorizado la realización de un estudio topográfico del suelo que ocupa la iglesia de San José de El Astillero, que lleva más de dos meses clausurada por problemas en la estructura ... . El objetivo es averiguar la causa de las grietas que se detectaron en el 'esqueleto' del templo y que llevaron a las autoridades a cerrar el edificio. Paralelamente, el Obispado está estudiando las diferentes ofertas presupuestarias que ha recibido para acometer los trabajos de mejora correspondientes. Antes, será necesario conocer, eso sí, los resultados del informe sobre el estado del terreno.
Lo que sí se va a hacer y se va a hacer «ya», según aseguraron ayer desde el Obispado, es restaurar las vidrieras de la iglesia. Precisamente fue la caída de algunos cristales lo que alertó al párroco sobre las deficiencias en el edificio. Será lo primero que se aborde. Lo hará el vitralista torrelaveguense Tomás Saiz, uno de los dos especialistas que existen en Cantabria, que ya ha realizado actuaciones similares en la iglesia de la Asunción de la capital del Besaya, en la Universidad Pontificia o en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, por citar algunos.
En esta ocasión, Saiz se encargará de desmontar la vidriera de 64 metros cuadrados del templo astillerense, que está compuesta por 136 piezas distribuidas en un diámetro de ocho metros, y de su posterior recuperación. La primera tarea -desmontaje- tendrá que hacerla «con la pieza en vertical», ya que de otro modo se doblaría. Una vez que las vidrieras estén en el taller de Saiz, se iniciará el proceso de restauración de cada pieza, que puede alargarse hasta dos o tres meses. «Esta es la parte más importante, porque las vidrieras están pintadas al fuego con grisallas y tendremos que ser muy meticulosos para no dañar la obra», concretó el vitralista.
La técnica es complicada y poco conocida. Una vez recuperadas, las vidrieras serán almacenadas en el taller hasta que finalicen las obras de la iglesia y puedan volver a ocupar su lugar. El presupuesto de la actuación es de 39.000 euros y «es inminente», insistieron ayer desde el Obispado. Para terminar, «está previsto restaurar también el bastidor de hierro».
Mientras la iglesia de San José de El Astillero permanece en obras, los actos litúrgicos se están realizando en la Residencia San Pedro, y en la iglesia de Nuestra Señora de Muslera, en Guarnizo, donde se llevan a cabo los funerales. Y donde continuarán realizándose los actos por el momento.
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