

Secciones
Servicios
Destacamos
Más de trece meses. La iglesia de San José de El Astillero lleva cerrada al público desde el 8 de febrero de 2024 y ... según las previsiones, seguirá así al menos hasta el verano. Las estimaciones realizadas por los técnicos no ofrecen una fecha concreta, pero sí arrojan luz sobre el transcurso de las obras para recomponer la estructura –no se han dado detalles hasta ahora–. El arquitecto encargado del proyecto, David Arce Morán, que ha sido contratado por el Obispado –financia la actuación–, concretó el viernes que las intervenciones «consistirán fundamentalmente en la estabilización y rehabilitación de los falsos techos de la nave central y las cubiertas del templo». Lo hará la constructora Rioescudo SL., que está a punto de comenzar la restauración de la cubierta del cimborrio (estructura que sujeta la cúpula), en cuyo interior ya se ha actuado. Paralelamente, está previsto mejorar la iluminación interior, pintar las paredes también del interior de la iglesia y proteger de la oxidación las armaduras en losas de forjado de la torre del campanario. «Se pretenden terminar todas las actuaciones el próximo verano», adelantó Arce.
Capítulo aparte merecen las vidrieras de San José. La restauración de las piezas está siendo ejecutada por el vitralista Tomás Saiz, cuyo taller se encuentra en Torrelavega. Saiz es el único artesano del sector que queda en Cantabria y su trabajo se caracteriza por el empleo de técnicas tradicionales, con las que logra acabados muy parecidos a la pieza original. Así ha trabajado con el centenar de vidrieras que conforman el techo de la iglesia astillerense. Ha sido una labor difícil de principio a fin. Primero hubo complicaciones a la hora de desmontar cada elemento por el estado en el que se encontraban los cristales geométricos bajo la cúpula de la iglesia. Una vez lograron reunir las 106 vidrieras, las trasladaron al taller de Saiz en Torrelavega para trabajar in situ sobre cada cristal. Después, de nuevo se llevaron a la iglesia donde ahora están siendo encajadas. Meticulosamente encajadas. Como las piezas de un puzle que en este caso representa la imagen de la Inmaculada.
Escueta pero precisa, así ha sido la primera información que trasciende sobre la actuación con la que el Obispado garantizará la reapertura del templo en condiciones de seguridad. La institución religiosa decidió clausurar la iglesia y trasladar el culto tras la alarma que produjo la caída de pequeños cascotes sobre el altar, señal de que se resquebrajaba parte de la estructura. Sucedió en febrero del año pasado y desde entonces, el proceso de ejecución de los trabajos se ha realizado con la más absoluta discreción. El Obispado sí dijo en abril que realizaría un estudio topográfico del suelo para averiguar la causa del problema estructural, sobre cuyo resultado poco se supo. Sí ha habido, sin embargo, transparencia a la hora de informar sobre la restauración de las vidrieras del templo.
En el transcurso de las obras, los feligreses celebran los actos litúrgicos en la iglesia Nuestra Señora de Muslera, en Guarnizo, y en la Residencia San Pedro. Ahora ya saben que cada vez está más cerca la vuelta a su iglesia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El humilde y olvidado Barrio España: «Somos como un pueblecito dentro de Valladolid»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.