Protección Civil de Cayón-Astillero incorpora una unidad canina de búsqueda y rescate

La Agrupación de Protección Civil de los municipios de El Astillero y Santa María de Cayón cuenta desde esta semana con cinco nuevos miembros. Sus nombres son Drago, Kira, Roys, Shiva y Roky. Lo que les diferencia del resto de sus compañeros es que caminan a cuatro patas y, lo más importante, es que están dotados del mejor hocico. Un olfato infalible que, además de en el mejor amigo del hombre, los convierte en los jefes cuando desaparece una persona y se activa su búsqueda. Una localización en la que ellos participan por puro juego, pero con la que pueden −y consiguen− salvar vidas. Como no podía ser de otra manera, junto a ellos también se han incorporado al grupo sus dos adiestradores, José Antonio Sánchez y Françoise Polidura, como voluntarios.

¿Cómo sabéis que un perro tiene aptitudes para colaborar en búsquedas y rescates? «Lo ves pronto, pero de todas formas lo que realmente importa es trabajar mucho en formar un buen vínculo», responde Françoise, que lleva más de cuatro años especializada en estos entrenamientos con canes. Una labor que desarrolla junto a su compañero, José Antonio, que en su caso lleva casi siete años en esta aventura. Justo los que tienen Kira y Roys, los primeros de la manada que fueron adiestrados como perros de rastro, es decir, que son capaces de localizar a una persona simplemente siguiendo un olor de referencia a partir de una prenda, por ejemplo.

También es experta en lo mismo la otra de las hembras de la manada, Shiva. Mientras que Drago y Roky están especializados en grandes áreas, con lo cual no buscan a una persona en concreto, sino que pueden localizar a cualquiera en una zona, lo que les convierte en los integrantes perfectos para dar con desaparecidos en catástrofes como el derrumbe de edificios o avalanchas de nieve. «El entrenamiento es similar para unos y otros, todo se consigue a través del juego», explica la adiestradora, ya que los entrenamientos se basan netamente con recompensas a localizar.

La manada tiene una dilatada experiencia en búsquedas y rescates de la región, y hasta hace poco formaban parte de la Agrupación de Protección Civil de Santander. Ahora son integrantes del equipo de Cayón-Astillero, la única de las formaciones de este tipo en la región −a excepción de la de la capital− que cuenta desde ahora con perros dentro de su equipo. No obstante, actuarán en cualquier parte de Cantabria siempre que se los active desde el 112.

Con vistas a fortalecer su unidad canina, los ayuntamientos de El Astillero y Santa María de Cayón firmaron este jueves un convenio con la Unidad Canina de Salvamento de Castilla y León del GREM (Grupo de Rescate Espeleológico y Montaña). Dicho acuerdo les servirá para seguir dando pasos en la formación de la manada. «Es la mejor unidad a nivel nacional, con experiencia también en el extranjero», reconoce Françoise, que con su apoyo espera que sus perros puedan terminar obteniendo la homologación pertinente y pongan su olfato al servicio no sólo de Cantabria, también mucho más allá y puedan prestar auxilio incluso en catástrofes como la del reciente terremoto de Turquía. Aunque es algo que exige mucha constancia, Álvaro Martínez, responsa del GREM de Castilla y León, apunta que «el inicio del adiestramiento con un perro requiere de casi 2.500 horas y el 90% en España se hace con personal voluntario, por lo que requiere de una gran capacidad de sacrificio».

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