PSOE e IU acercan posturas en la moción de censura que planean en El Astillero

Las líneas rojas de Izquierda Unida son sólo una de las preguntas del millón en esta discreta negociación que los grupos mantienen más intensamente en las últimas semanas. Su propósito es arrebatar el bastón de mando a Fernández Soberón y su gobierno en minoría en el Ayuntamiento astillerense y la suma de las tres formaciones basta para conseguirlo. Sin embargo, llegar a ese acuerdo previo que garantice un pacto de gobierno sin fisuras está suponiendo un quebradero de cabeza, dentro y fuera del municipio.

Por su parte, Izquierda Unida tiene claras sus condiciones: llevar a cabo políticas afines a su ideología. Algo irrenunciable para la formación de Martínez, a la par que perfectamente asumible desde su punto de vista. ¿En qué se traduce? En remunicipalizar servicios como el de conserjería y renegociar el pliego de condiciones de la limpieza de edificios. También exige establecer un sueldo máximo que no supere 2,5 veces el salario mínimo interprofesional para los cargos políticos -con el matiz de que en el caso de que el puesto anterior tuviera una retribución mayor a ese tope, se equipararía- y la elaboración de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Son sólo algunos de los puntos que IU ya ha presentado al PSOE.

La «buena predisposición» que, como ya se ha puesto de manifiesto desde la Ejecutiva local del PRC, existe ahora entre socialistas y regionalistas para llegar a un acuerdo de gobierno no parece que vaya a alterarse. Ambas agrupaciones defienden la misma máxima: sacar adelante los presupuestos municipales, que se mantienen prorrogados desde 2016 y con los que podrían llevar adelante las acciones políticas que dibujan. Algo ineludible, por tanto.

Y que los presupuestos figuren como uno de los acuerdos previos entre PSOE y PRC coincide con una de las condiciones impuestas por IU, ya que la RPT que quiere sacar adelante sí o sí el grupo de Martínez no puede prosperar sin una base, sin un presupuesto. Pero, ¿estarán dispuestos los demás a modificar el pliego de limpieza de edificios? Y, la formación de IU, ¿podría llegar a hacer la vista gorda con Fernando Solar y aceptarle como socio de gobierno en virtud de su interés en llevar adelante políticas de izquierdas?

Lo cierto es que cada formación sabe que todo va a tener un precio y, en algunos casos, no será barato. Cada vez parece más claro que al PRC ya le ha costado la semipeatonalización de la calle Díaz Pimienta que llevaba en su programa electoral. Pero todavía está por ver a qué están dispuestos a renunciar los demás.

Cuestiones por resolver al margen, hay otro frente abierto respecto a en qué quedará el órdago lanzado la pasada semana por el coordinador de Ciudadanos en Cantabria, Félix Álvarez, contra los planes del PSOE local. En particular de si la caja de Pandora que dijo podría abrirse, lo hace en otros ayuntamientos donde existe un pacto de gobierno con socios socialistas.

También de qué lado se desequilibra la balanza con la disyuntiva surgida en el PSOE por la idoneidad de llevar a cabo o no una moción de censura en El Astillero que termine creando seísmos en otros rincones de la región, en donde existen esas coaliciones entre PSOE y Cs.

En todo caso, las formaciones municipales siguen, por su parte, avanzando hacia un pacto de gobierno. De momento, sin que los tres lados del triángulo se junten para establecer el documento que, llegado el momento, deberán rubricar para desbancar de la Alcaldía al único líder de Ciudadanos en Cantabria.