El PSOE critica la gestión de Astillero tras la condena por el retraso en el pago de facturas

En un comunicado, el líder del PSOE critica que «la actitud del alcalde, el señor Javier Fernández Soberón, más preocupado en ensalzar su figura personal y en organizar actos para mayor honra de su propio ego, hace que se olvide o no entienda que una buena gestión de gobierno recae en una mejor administración de lo público y no como hemos podido comprobar a través de esta sentencia, en la cual se nos detraen unos dineros públicos, a todos los vecinos, como consecuencia de su dejadez y desidia en afrontar las soluciones para una mejor administración».

El portavoz socialista recordó al regidor que «no vale echar la culpa a la oposición de esta sentencia», ya que «es suya» y «solo suya la responsabilidad del pago en tiempo, a las empresas que prestan servicios en el municipio». Según Martín, como alcalde, «él y su equipo son los que deciden en solitario cómo realizar los pagos».

El portavoz del PSOE también calificó de «vergonzosas» las declaraciones efectuadas por parte del equipo de gobierno municipal en las que «se alegran» de haber rebajado el tiempo medio de pago a proveedores, «siendo aún el triple del tiempo fijado legalmente». A su juicio, lo 'venden' como «si hubiese sido un logro personal y no derivado de situaciones como la sentencia comentada y de las continuas quejas de los proveedores por la falta de diligencia en el pago de facturas».

Para Martín, resulta «vergonzoso» porque con ello «esconden su mala gestión en una falta de personal». «Caro nos ha salido la lección para que el señor Fernández Soberón y su equipo entiendan que existen unos plazos que hay que cumplir en el pago de los servicios que se prestan al Ayuntamiento«.

Para concluir, el socialista criticó que a este último comportamiento del alcalde y su equipo se une, además, otro también que «deja en evidencia su actitud en las comisiones informativas«, pues de «forma reiterada» -dijo- se preguntó por la existencia de la reclamación judicial de la empresa al consistorio y que informasen del motivo, «siendo la callada primero y el engaño después la respuesta durante meses».