Recreación de la sociedad en el Real Astillero de Guarnizo en 1753

Mi nombre es Benito Melchor Alonso. Desde muy joven me he dedicado a fabricar todo tipo de bajeles. Cuando D. Juan de Isla estuvo de visita en el astillero de Ferrol para comprobar los métodos de trabajo que se utilizaban en él, me ofreció la posibilidad de contratarme para venir a Guarnizo. A mí no me gustaba como se trabajaba en el astillero ferrolano y creo que a D. Juan de Isla tampoco, así que, me animé y vine al Real Astillero con mi mujer y mi hija. Me paga ocho Reales de Vellón diarios con lo que nos mantenemos bien los tres. Tengo una casa de 18 por 20 pies (unos cuarenta metros cuadrados) con una huerta adosada de dos carros de tierra para cultivar hortalizas.

La casa que linda con la mía por el lado que sopla el Ábrego es de Juana Serna; lindando con mi huerta por el lado del Cierzo, tiene su huerta Martín de Prada y del lado del Regañón tenemos la huerta de Esteban de Segurola. Juana Serna vive sola porque su marido se embarcó en un navío recién construido, hasta Cádiz, y, como no ha regresado, piensa que quizás se animó para continuar hasta Veracruz o Portobello, para hacer un poco de dinero en las Indias y sacarles de la miseria. Martín y Esteban trabajan también en el Real Astillero, el primero es calafate, de origen gallego como yo, y el segundo, es un experimentado carpintero de ribera, creo que de la ría del Oria, en Guipúzcoa.

No muy lejos de aquí, en la calle de Arriba, vive uno de los ayudantes de constructor de reales bajeles más reconocido e importante, Juan Bautista Donestebe. El tiene también una casa con huerta para hortalizas. La casa es el doble de grande que la mía y la huerta, sin embargo, es algo menor y está peor orientada. Vive solo, puesto que, su mujer con sus los dos hijos y cuatro hijas que tiene, residen en Mendaro (Guipúzcoa) de donde son naturales. Como tiene un cargo tan importante en el astillero tiene un criado y dos criadas. Ahora os hablo de ellos, porque ya suponéis que, en esta Nueva Población del Astillero, las noticias vuelan.

Al criado de Donetebe le conozco mucho de saludarle por los almacenes en Astillero y Guarnizo, se llama José de Arbaiza, es natural de Marquina, en el Señoría de Vizcaya. Las criadas se llaman Micaela y Martina. La primera es también del Señoría de Vizcaya, de la zona de Zornoza; y la segunda, Martina de Echandía es natural de Astillero, porque aquí vinieron a trabajar sus antepasados en los galeones que hizo el general Díaz Pimienta, creo que por el año 1650, para otro rey, Felipe IV, en el astillero viejo de Guarnizo, en Potrañés.

Arbaiza, el criado de Donestebe, me ha dicho que su señor cobra mensualmente 75 escudos de diez Reales de Vellón, más el descuento de inválidos y, sin embargo, a él, le paga anualmente 15 pesos de a quince Reales. Este Arbaiza está enterado de todo, también me ha contado que a las criadas les paga diferente, a Micaela le da 10 pesos de a quince Reales al año y, a Martina, la de Astillero, le paga únicamente 6 pesos de a quince Reales.

En un día de estos muy lluviosos, que tantos hay en Astillero, y como estaba ocioso porque no se podía trabajar con tanta lluvia, por curiosidad, me puse a echar unas cuentas y llevé todas las cantidades a Reales, Reales de plata. Si no me confundí en alguna cuenta, soy carpintero no contable, creo que saldrían los salarios anualmente como sigue: Donestebe, 3.600 reales más la invalidez; Benito (que soy yo) 1.000 Reales (si trabajara todos los días del año menos el día semanal de la fiesta del Señor); Arbaiza, 225 Reales; Micaela, 180 Reales y Martina, 90 Reales.

De los cuatro navíos de línea que tiene contratados D. Juan de Isla, estamos terminando el primero, que se llamará 'Serio' y seguramente que lo botaremos a final de este año 1753. Los otros tres navíos tienen también montada toda la arquitectura de madera sobre las gradas, otro que se llamará 'Soberbio' será el siguiente en salir lanzado hacia la poza de San Salvador; después irán, casi a la par, otros dos que llevarán los nombres de 'Arrogante' y 'Poderoso'. D. Juan ha revolucionado la construcción naval, montando cuatro gradas en la zona de La Planchada, está haciendo cuatro navíos impresionantes casi al mismo tiempo y en poco más de un año.

Todos los que trabamos en el astillero, somos más de mil doscientos, estamos esperando verlos navegar sobre la mar y sentirnos orgullosos de nuestro trabajo. Con la amplia experiencia de los carpinteros, los calafates, los aserradores, los claveteros,.. y todos los demás oficios que trabajamos aquí , serán unos buques que van a causar el asombro en todos los océanos de la Tierra. El Rey estará orgulloso de nuestro trabajo y esperemos que pague bien a D. Juan de Isla, porque se está retrasando en los pagos y nos deben algunos meses. Las familias de los ayudantes, oficiales y maestros de los astilleros lo pasan mal cuando no tiene ingresos y, desgraciadamente, es cosa frecuente el retraso de meses en los pagos.

Os voy a hablar del constructor de los navíos, es el que dirige nuestros trabajos, se llama David Howell, lo han traído contratado de un astillero de los que hay en río Támesis, por allá en Inglaterra, y es quien realmente a hecho los planos. Fue una operación complicada de Jorge Juan, para traer maestros ingleses por orden del Marqués de la Ensenada, un hombre muy poderoso que es secretario de Hacienda, Marina y unas cuantas cosas más.

Espero seguir trabajando aquí algunos años, puesto que, D. Juan de isla tiene contratados otros cuatro navíos más, de características similares a los que estamos fabricando y llevarán nombres igual de ostentosos que los anteriores: 'Hércules' 'Constante' 'Diligente' y 'Dominante'. Me imagino estos preciosos bajeles construidos en el Real Astillero de Guarnizo surcando los mares y siendo la admiración de los ingleses, los franceses o los holandeses que llevan siglos queriendo saber cómo fabricamos nuestros navíos.

P.D. Este texto es una recreación basada en las declaraciones originales realizadas a los enviados reales para elaborar el Catastro de Ensenada en el año 1753. Hay otros aspectos que no constan en las declaraciones y son hechos comprobados históricamente.