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Tinas apiladas a cuatro alturas. Este fue el recurso con el que los trabajadores de la Cofradía de Pescadores San Martín de Laredo gestionaron la marea de casi 90.000 kilos de bonito que se les vino encima la madrugada de ayer jueves. Las descargas de tres barcos de pulso: el San Fermín Berria, el Nuevo Panelo Villa y el Aitana del Mar dejaron la cancha de ventas absolutamente inundada de 86.000 kilos de bonitos. Junto a ellos, otros 3.000 kilos de cacea del Nuevo Turri completaron el lote.
Estas apreturas justifican la futura ampliación de las instalaciones, que doblarán la capacidad de subastas y paliarán de manera notable situaciones que se vienen repitiendo en los últimos años. «Aumentar la cancha de ventas permitirá, además, que se pueda exponer el género de una manera más adecuada, sobre todo pensando en los minoristas, que ven dificultada la selección del género cuando no pueden calibrarlo a un golpe de vista», señalaba, César Nates, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores San Martín de Laredo.
El precio medio de los 68.000 kilos de bonito grande (superior a los 7 kilos por unidad) fue de 4,20 euros por kilo. Mientras, el mediano se ha pagado a 4,10 euros. Y el pequeño, a tres euros. El 80% de estas capturas ha sido adquirida por las fábricas de conserva, mientras que el 20% restante ha sido para fresco. A modo de anécdota, ha sido Pescados Julio el que ha adquirido el primer lote de la jornada. Un total de dieciséis tinas de bonito grande del San Fermín Berria, que ha pagado a 4,74 euros el kilo.
El patrón de esta embarcación, Santi Sarabia Corro, ha compartido en redes sociales que en esta marea izaron a bordo 1.475 ejemplares en una única parada, todos ellos de bonito grande, de entre 10 y 12 kilos. La abundancia de las capturas para los barcos cañeros ha sido una constante en las últimas jornadas, contribuyendo a darle un arreón a la cuota. Hasta el momento se ha capturado el 62,64% del total de 18.126 toneladas disponibles. La media de capturas se había elevado a 300.000 kilos por día. Pero nadie lanza las campanas al vuelo. En el caso de los cañeros, les ha surgido un problema adicional en lo que a hacer carnada se refiere. El bocarte, ideal para atraer la voracidad del bonito, ya no abunda como semanas atrás. Su presencia es vital para que los barco de vivero puedan abastecerse de cebo. Si falta o si aflora al ralentí, ello repercutirá negativamente en la rentabilidad de las mareas. Porque las capturas llegarán tras más días de faena y, sobre todo, tras un gasto superior de combustible.
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