El acta de recepción de la piscina de Laredo constata que las obras finalizaron en 2021

El acta de recepción de las obras de la piscina de Laredo constata que los trabajos finalizaron en noviembre de 2021. A esa fecha se refiere la última de las certificaciones recogidas en el documento, con el número 22, cuyo importe de 6.285 euros fue abonado el pasado 30 de enero. El dato deja en el aire la pregunta de por qué se dejaron pasar quince meses más hasta formalizar el pasado 7 de febrero la entrega de la instalación de la empresa Gicsa al Ayuntamiento de Laredo. Aunque también explicaría la ausencia de expediente sancionador alguno contra la mercantil por un presunto retraso en el cumplimiento del contrato como se ha venido demandando desde los grupos de la oposición.

Sobre este asunto fue cuestionado ayer el concejal de Obras, Pedro Diego, durante la comisión informativa que incluía en su orden del día dar cuenta del referido acta. Sin embargo, se negó a dar explicación alguna, con el argumento de que dichos grupos habían solicitado una comparecencia suya en el Pleno para abordar el expediente de la piscina en su conjunto. En dicha comisión deslizó la fecha del próximo 6 de marzo como la designada para dicho menester. En el orden del día se prevé que estará incluida la comparecencia del concejal de Puebla Vieja y Patrimonio, Antonio Bocanegra, para dar cuenta del expediente del Mercado de Abastos, cuya remodelación ha supuesto el desalojo de las familias que hasta hace una semana trabajaban en la plaza. Además, también debería incluirse un punto para abordar la posible prórroga del contrato de recogida de basuras y limpieza viaria, que finaliza el próximo mes de mayo.

El documento oficial de recepción de las obras de su remodelación de la piscina municipal fue suscrito en una reunión celebrada en el Ayuntamiento de Laredo el pasado 2 de febrero y hace referencia a los dos expedientes, el original 568/2018, y el modificado, 3151/2020. Todo por un importe global de 1.210.978 euros. Al acto acudió en nombre del Ayuntamiento el concejal de obras Pedro Diego. Junto a él comparecieron el director de obra, Eugenio González y el responsable de la contrata Gicsa-Ceteco, Alfonso Carcedo. El acta incorpora además de las antedichas, las firmas del interventor y del arquitecto municipal.

El acta relaciona un total de 22 certificaciones en las que se consignan fecha, descripción, base imponible, iva e importe. En base a dicha relación se evidencia que, como ya avanzó en el pleno de marzo de 2022 el concejal de Obras, el 97'5% del importe total había sido abonado antes de finalizar 2021. Esta constatación motivó que en aquella sesión plenaria desde la oposición se cuestionase por los motivos que, al parecer, impedían practicar la recepción de los trabajos tal y como interesaba la propia adjudicataria. También en dicha comparecencia el edil aclaró que las obras no habían afectado al vaso de la piscina, cuya puesta a punto tras casi siete años de inactividad generaba inquietud.

 

Lo cierto es que del total de los importes pendientes, sólo se abonaron más allá de 2021 dos pagos. Uno por importe de 21.228 euros, en abril de 2022. Y otro por importe de 6.285 euros, dos días antes de la firma del acta. Pero ambos remiten a certificaciones realizadas hasta noviembre de 2021.

A las solicitudes de la empresa de entregar la obra, redactadas inicialmente en octubre de 2021, y reiteradas en diciembre de ese mismo año, el Ayuntamiento de Laredo respondió en marzo de 2022. Lo hizo con la presentación de un informe de la dirección de obras según el cual «se considera que la obra no está íntegramente terminada al observarse la falta de los equipos de análisis y control, el generador de hipoclorito y la puesta en marcha, comprobación y legalización de todas las instalaciones». Asimismo, se reseñaban una serie de pequeños desperfectos, que el propio concejal consideró que quedarían resueltos antes del siguiente pleno, esto es, en un plazo inferior a dos meses.

La realidad es que la demora en recepcionar la piscina se alargó casi once meses desde aquella auditoría. Y ninguno de los trabajos ejecutados en este tiempo, imprescindibles para la puesta a punto de la instalación acuática, se han plasmado en el acta final de recepción de la obra.

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