Adolfo, el ladrón de la cizalla y alunicero de Laredo, vuelve a la carga: lleva ya medio centenar de robos

Últimamente su carrera delictiva va en ascenso. Llevaba meses robando en naves armado con una cizalla, con la que abría portales como si fueran de hojalata, cuando fue arrestado a finales de mayo. Luego se pasó al alunizaje, robó un coche en un taller de su pueblo y lo estrelló once veces para abrir boquetes en otras tantas empresas de municipios distintos y entrar a robar lo que fuera, antes de ser detenido el 30 de julio. Se desconoce cuánto tiempo pudo estar parado después de este último golpe, dado a conocer hoy por la Guardia Civil: el 22 de agosto volvió a ser cazado después de pegar el 'palo' en una frutería de Astillero y de intentarlo en un restaurante de Maliaño. Esta vez no iba solo. La ronda la realizó acompañado por otro individuo, E.B.D., de 48 años de edad y vecino de Astillero, otro delincuente habitual. Ambos han sido detenidos como presuntos autores de dos robos con fuerza, uno de ellos en grado de tentativa. Con esta última, Adolfo lleva 24 detenciones y los investigadores creen que puede estar implicado en casi medio centenar de robos. Su compinche también tiene un largo historial de detenciones, pues con esta E.B.D. lleva 18.

Según explica la Guardia Civil, en la madrugada del 22 de agosto los agentes fueron alertados de la entrada de dos personas en un restaurante de Maliaño. La patrulla acudió a los pocos minutos y vio que la puerta del establecimiento había sido forzada por el método del apalancamiento. Pero no había nadie en el interior. Todavía estaban aquí los agentes cuando fueron alertados de otro robo en una frutería de Astillero. Al llegar al lugar comprobaron que la puerta estaba forzada de la misma manera que la del restaurante, pero en este caso los ladrones sí que habían conseguido robar la caja registradora.

Minutos después de llegar a la frutería, la Policía Local de Astillero informó a la Guardia Civil de que había interceptado un vehículo que había intentado darse a la fuga ante su presencia, a apenas trescientos metros de la tienda en la que estaban los guardias. Una vez que las dos patrullas estuvieron juntas, se inspeccionó al vehículo y se identificó a sus dos ocupantes: A.V.L. y E.B.D. Dentro del coche se localizaron los elementos que podrían haber utilizado para apalancar las dos puertas de los establecimientos; una barra de uña y un destornillador, así como una bolsa con gran cantidad de monedas. Por todo ello, ambos fueron detenidos.