
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
Visto y no visto. La estancia de Carlos V en Laredo con motivo de la recreación de su Último Desembarco en Laredo culminó antes de ... la medianoche. La ceremonia de despedida fue breve, tras una jornada de intensas emociones en una villa pejina en la que los cielos firmaron una tregua.
El día arrancó con el Te Deum del Emperador en la solemne misa celebrada en la iglesia de Santa María de la Asunción. Allí, en el altar mayor, lucen dos espléndidos facistoles con forma de águila que Carlos V obsequió en su verdadera estancia, acaecida en 1556. Sabedor de tal generosidad, el párroco Juan Luis Cerro se aventuró al término de la celebración a pedir una mejor iluminación del templo, solicitud ante la que el interpelado se limitó a asentir con la cabeza, antes de dirigirse a la salida.
Sus prisas estaban justificadas por la ansiedad. Porque el sábado cayó tal diluvio que desbarató la arribada a tierra firme de sus dos hermanas, las reinas María de Hungría −encarnada por Silvia Gutiérrez− y Leonor de Francia y Portugal −representada por Ana Asteinza−, tras una larga travesía. El emperador −papel interpretado por Miguel Ángel Marsella− se apresuró a acudir a la playa Salvé para darles la bienvenida. Cuando las vio asomar su rostro se relajó y se permitió un gesto de emoción que las tres mil almas congregadas en el Palenque aplaudieron largamente. En honor a las recién llegadas se celebraron unas justas en las que los caballeros exhibieron su destreza. Fue el detonante de un fin de fiesta que se extendió durante la tarde.
A las nueve de la noche estaba todo dispuesto para la ceremonia del adiós. Centenares de laredanos brindaron el calor humano a un acto celebrado junto al busto erigido en memoria del monarca, en un lateral del viejo Ayuntamiento. Allí comparecieron todas las compañías artísticas de esta edición y ofrecieron un esbozo de sus actuaciones.
La alcaldesa laredana, Rosario Losa, entregó las llaves de la villa al monarca, y destacó que «estas gentes que aquí habéis conocido os han brindado lo más preciado que poseen, su afabilidad, su grandeza y su rectitud personal». La mandataria desveló, además, que el emperador permanecerá unos cuantos días más en la Casa Torre del Condestable de Castilla, a la espera de su partida hacia Yuste a mediados de octubre. Una travesía para la que le garantizó «un gran provisión de cerveza, llegada desde distintos lugares del Imperio, acompañada de exquisitas viandas», que le será entregada en el transcurso del Festival Europeo de la Cerveza a celebrar lo próximos 7, 8 y 9 de octubre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.