

Secciones
Servicios
Destacamos
El nuevo centro náutico-pesquero de FP de Laredo sigue dando de que hablar seis meses después de su puesta en marcha. Primero estuvo ... en el punto de mira por carecer de «justificación legal», tal y como expuso el Defensor del Pueblo, pero ahora son los propios alumnos del CIFP Puerto de Laredo quienes critican su «mal funcionamiento». «Es un verdadero desastre, no hay orden ninguno y está mal diseñado», aseguran.
Nicolás Organai (18 años), estudiante del FP de Mantenimiento y Control de Buques y delegado del centro, se ha convertido en la voz de sus compañeros. Según explica, el curso comenzó en septiembre, pero no fue hasta diciembre cuando pudieron acceder al taller, ya que las instalaciones «no estaban terminadas». «Para una Formación Profesional, donde la práctica es esencial, esto supone un gran problema. Hemos estado tres meses parados y ahora están metiendo el turbo», lamenta.
Además, según cuentan los alumnos, se han visto obligados a realizar tareas que no les corresponden, como la instalación de las propias máquinas con las que deberían estar aprendiendo. «Nos pedían que anclásemos las máquinas al suelo cuando eso debería haber estado listo desde el inicio del curso. No es nuestra tarea instalarlas, sino aprender a usarlas», critica Organai. La falta de organización y planificación ha provocado que algunos estudiantes hayan tenido que montar equipos en sus propias casas para poder utilizarlos en clase. «Yo tuve que montar una máquina pero, claro, estaba mal porque nadie me enseñó a hacerlo», cuenta Nicolás.
Otro de los puntos conflictivos es el diseño del taller, que, según denuncian, no se ajusta a las necesidades del alumnado. «Es pequeño para los 12 alumnos que somos y el suelo es de azulejo, lo que supone un peligro cuando trabajamos con aceites. Yo me he resbalado varias veces», explica el delegado. Además, consideran que la elección de materiales y colores no ha sido práctica. «Está todo pintado de blanco y se ensucia muchísimo. Creemos que se hizo con amiguismos y con prisas».
La distribución del espacio también genera críticas. «Es irónico que el taller tenga unas dimensiones ridículas y que justo al lado haya un salón de actos con capacidad para 100 personas, que solo se ha utilizado el día que vino la presidenta del Gobierno de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, a inaugurar el centro». Durante esa visita, el estudiante aprovechó para trasladarle las quejas directamente a la presidenta y, según cuenta, su única respuesta fue que «son cosas que suelen pasar en centros nuevos».
En el ámbito teórico, la situación no es mucho mejor. Los alumnos aseguran que las clases no siguen un orden lógico y que los docentes no siempre están preparados para impartirlas. «Hay profesores que simplemente ponen vídeos tutoriales de internet y después nos hacen un examen», critican. Además, la estructura de los contenidos es «inconsistente», con temas complejos abordados al inicio del curso y contenidos básicos introducidos después. «Algunos profesores incluso preguntan a alumnos con experiencia cómo se hacen las cosas», señala Organai.
El descontento es generalizado, especialmente entre aquellos estudiantes que deben desplazarse diariamente desde otras localidades. «No todos somos de Laredo y supone un gran esfuerzo venir todos los días. Yo vengo desde Bezana y siento que estoy perdiendo el tiempo», explica el delegado. Pese a las reiteradas quejas, la única respuesta que han recibido de la dirección del centro es que «se solucionará dentro de poco», pero a estas alturas del curso, los alumnos han perdido la confianza en que algo cambie.
Por el momento, la Consejería de Educación, Formación Profesional y Universidades ha optado por no hacer declaraciones al respecto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.