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La Asociación de Amigos del Patrimonio de Laredo ha denunciado en un comunicado la «irrespetuosa» rehabilitación del Mercado de Abastos de Laredo. «El levantamiento de unos muros de forja que ahogan el conjunto se suma al nulo respeto a las cerámicas, así como a la ... inaceptable rotura de muchos de los ladrillos del icónico edificio», señalan desde la agrupación que recuerda la destrucción de algunos de los centenarios azulejos del ceramista Daniel de Zuloaga debido a las obras de rehabilitación cuyo final se prevé para el segundo trimestre de este año.
El alcalde de Laredo, el popular Miguel González, también ha mostrado su «preocupación por el impacto visual del Mercado». Éste hubiera preferido que el diseño de la estructura «se hubiese mantenido como siempre«, si bien no pudo cambiarlo porque »el proyecto es heredado de la anterior legislatura».
Diseñado inicialmente por Joaquín de Rucoba y ejecutado bajo la dirección del castreño Eladio Laredo a comienzos del siglo XX, el Mercado Municipal está transformándose en un nuevo edificio, que, como lamentan desde el colectivo «dista mucho de ser respetuoso con el original, a diferencia de lo que nos vendieron en su día».
Lo que proyectó la Consejería de Turismo sobre la rehabilitación del histórico edificio era «recuperar la forma, el volumen y el característico estilo del mercado original, contribuyendo al mismo tiempo a mejorar su funcionalidad». Pero los integrantes de Amigos del Patrimonio de Laredo lamentan que «lejos de esa promesa, estamos asistiendo, casi desde el inicio de obras, a una sucesión de agresiones a uno de los elementos más emblemáticos de nuestro patrimonio, catalogado como edificio a conservar, con categoría dos».
La asociación denuncia ahora una nueva amenaza ya que creen que el cerramiento está «estrangulando al edificio con unos muros de forja que nada tienen que ver con la sustentación liviana, mediante columnas, del mercado original».
Amigos del Patrimonio de Laredo reconoce asistir «con impotencia» a la rehabilitación de la instalación municipal. Durante las últimas semanas han realizado una recopilación de actuaciones «desafortunadas» en las que se incluye el derribo de amplios tramos del ladrillo original, «sin otra razón aparente que una forma muy cuestionable de encarar la rehabilitación de un edificio histórico».
Llegados a este punto, se plantean incluso instar a la paralización de las obras. Algo que contempla la propia normativa cuando hay una amenaza para un Bien de Interés Cultural.
Por su parte, González ha asegurado que el equipo de gobierno seguirá de cerca los trabajos manteniendo el contacto con la Dirección General de Obras del Gobierno de Cantabria para que se cumpla el proyecto.
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