La Batalla de Flores de 1910

Por su parte otro periódico, como es 'La Atalaya', el 26 de agosto de este mismo año nos aporta los nombres de las mujeres participantes en estos eventos de las familias adineradas de la Villa y las foráneas. Además este corresponsal rivaliza entre los festejos patrocinados por el Casino de Laredo con los organizados por el Ayuntamiento de Laredo. Por eso comenta en su crónica a ver qué señoritas vienen a los conciertos de los días 29 y 30 de agosto, organizados por el Casino de Laredo en la festividad de los Santos Mártires y las que acuden a la Gran Batalla de Flores del domingo 28 de agosto.

Por la importancia de la crónica del periódico 'El Cantábrico' del 31 de agosto de 1910 y por no haber sido publicados en ningún libro, trascribimos a continuación los premios otorgados ese año en la Gran Batalla de Flores de 1910, esa a la que se calificó como «el club del programa, el numerito que se las trae, aunque se considere exótico en el Norte y exclusivo de ciertas ciudades levantina, es la Gran Batalla de Flores que se celebra en la ancha y espaciosa pista del bulevar de la calle del Paseo frente al Casino». Este periódico detalla con precisión los premios otorgados por el Ayuntamiento de Laredo en esta primera Batalla de Flores en tierra y las personas y familias que ocupaban los coches, landeaus y carros. Premio de Honor: sombrilla monumental, ocupada por las Sras. de Ontañón y Barreda.

Primer premio: Landeau tapizado de flores de la señora Zarauz y de las señoritas Mazarrasa.

Segundo premio: Corbeille de crisantemos de las señoritas de Gereda y Naveda.

Primera mención: Cesta de flores de las Señoritas de Avendaño, Portilla y López.

Segunda mención: Globo dirigible de Teresa Humada, Mercedes Gallo y Angela Hurtado.

Tercera mención:

- Canastilla de Hortensias con los niños de S. Carranceja.

- Nido de palomas con las señoritas Blanco y Hurtado.

- Un patio andaluz de la familia de Luciano Calzada.

- Un bote de guerra con los niños de Montes y Bárcena.

Coche adornado con flores con las señoritas de Basterra y Bringas.

Mariposa de la señora de Medrano y las señoritas Urrutia.

Una glorieta de los hijos del Sr. Durante.

Una cesta de flores con las señoritas de Avendaño.

Respigos de Liendo con fruta de hueso de Retola.

Coche adornado con flores de las señoritas de Retola

Jardinera con las señoritas de Humada, Olea, Alesanco y Bárcena.

Una canastilla con los niños de M. Barreda.

'El destierro' Aduar el moro, de Ab-el-amiz y su secretario.

Landó de flores con las señoritas Martínez, Irías y Montaguí.

Landó de flores de la Señorita Pérez.

Coche de flores con María y Rogelia Lastra y Ernestina Cavada.

Corbeille de dalias con Rosarito Dehesa y señorita Cabada.

La crónica del momento, tras comentar todos los premios de esta primera edición en tierra de la Gran Batalla de Flores, añade que «De lamentar fue que se saliera y quedara fuera de concurso 'El patio andaluz' que presentó Luciano Calzada, pues era una escena viva y reproducida con admirable propiedad y de un gran mérito artístico».

El tiempo en esta Batalla de Flores del 28 de agosto de 1910 fue espléndido. El servicio de incendios estuvo a cargo de Antonio 'el recadista', provisto de una colosal bomba fabricada en los talleres de la viuda de Enrici.

El balneario y el restaurante de la playa, a cargo del amigo Rey, están completamente animados. Este señor merece entusiásticos y públicos elogios por la solicitud cariño y noble desinterés con que atendió en su casa al infortunado hijo menor de los marqueses de Barcenallana.

Por su parte el periódico 'La Atalaya' de 26 de agosto de 1910 nombra a las mujeres, de familias adineradas, que participan en los actos organizados por el Casino de Laredo. Estas mujeres eran: Manolita García y la gentil señorita de Montegud de Lanestosa. «dos muchachas graciosamente inquietas y tan hermosas como elegantes señoritas de Maortua de Limpias»,

Rafaelita y Luisa Cobo de Liendo, María Gándara «con suprema distinción», «una belleza casi infantil y de gentileza tal como la señorita de Gereda», «una bilbaína que hace dar por bueno el bizkaitarrismo» como María Martínez, dos bellezas como Teresita y Ernestita Cabada, la elegancia y distinción de las lindísimas Ramonita y Esperanza Ron, Juanita Ruiz Bravo, las de la Lastra, Olea, Paisán, Bárcena, Senderos, Pérez, Ruiz Niño.

Las señoras de Avendaño, Rosa, Pepita Tresgallo, Isequilla, Tomillo, López de Lara, de Otero, de Jiménez Gran, de Dehesa, De Román, Linaje, Lastra, Bustillo «y tantas otras cuyos nombres no recuerdo». Tras la crónica de El Cantábrico y La Atalaya, hemos podido contrastar la que fue la primera edición de la Gran Batalla de Flores de 1910, tanto en premios como en familias participantes.

Al año siguiente además de coches y carrozas se comenzó a premiar a las Tribunas del desfile. En el año de 1911, segunda año de la Batalla de Flores en tierra, ganó la tribuna del partido conservador y en segundo lugar quedó la tribuna de Montes, Escalante y Camino.