El botellón invade el puerto de Laredo

Cada vez que llega el fin de semana se repite el mismo guión. El asfalto aparece sembrado de botellas, vasos y bolsas de plástico y de miles de cristales hechos añicos. Una parte de estos residuos caen directamente al agua. El bullicio sólo se calma cuando emprenden el regreso a sus casas. Lo hacen tras una nueva parada en la zona de la Cruz Roja, donde se ha improvisado una discoteca al aire libre que prolonga música y baile hasta el amanecer. Desde allí retornan a sus residencias, situadas en el propio Laredo. Porque el problema es doméstico. «Si esto es lo que les estamos enseñando como valores, apaga y vámonos», lamenta un inquilino de esta zona.

«Esto es insoportable. Y encima te tienes que callar porque se te enfrentan y ya te puedes preparar», comenta otra vecina, que no disimula su enfado. Y su impotencia. Porque se hartan de llamar a la Policía Local. Pero siempre se cumple el mismo guión. «Te escuchan y toman nota. Pero, o no aparecen, o cuando vienen ya no hay nada que ver», asegura otra vecina.

Desde el Ayuntamiento de Laredo, la alcaldesa Rosario Losa subraya que el botellón «es un mal que aqueja a todos los municipios. La Policía Local y la Guardia Civil están actuando constantemente para atajar el problema». Tras recordar que en verano la población de Laredo asciende hasta los 100.000 habitantes, Losa sostiene que «se trata de una infracción administrativa que hay que atajar con firmeza pero a su vez con una respuesta proporcionada para evitar incidentes graves».

Respecto al malestar vecinal, la regidora pejina indica que «el Ayuntamiento se preocupa y se esfuerza en evitar las molestias que puedan padecer los vecinos y apela a la responsabilidad. Es necesario el civismo de todos por el bienestar colectivo», concluye.