«La cancelación de la Batalla no nos afecta económicamente», dicen los hosteleros

La suspensión de la próxima edición de la Batalla de Flores en Laredo, prevista para el 21 de agosto, ha zanjado el debate abierto hace unos meses en el municipio respecto a qué fecha es la más apropiada para celebrar la principal fiesta de la villa.

Cuando se decidió por parte del Pleno municipal, en concreto del tripartito de gobierno (PSOE-PRC-SSPL), que la fiesta se celebrase el 21 de agosto, el tercer viernes de ese mes, en lugar del último como ha venido ocurriendo en las últimas décadas, salvo en 2018, la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Laredo (Acelar) mostró su malestar porque consideraban que no les beneficiaba en nada.

Y ayer, David García, tesorero de este colectivo y gerente del Hotel Ramona, volvió a insistir en esa postura. «Que se suspenda la Batalla de Flores no nos afecta económicamente en nada porque a nosotros nos viene bien cuando se celebra el último viernes de agosto. Cuando tiene lugar el tercer viernes de ese mes, como estaba previsto este año, realmente nos perjudica, no nos ayuda».

García recordó que hace dos años, cuando también el Ayuntamiento decidió adelantarlo una semana y «no nos hicieron caso», «nos dimos un buen batacazo». Mientras que el año pasado -se celebró el último viernes de agosto-, «funcionó como siempre, genial, porque rellenas el mes entero», explica.

El tesorero de Acelar, que tiene años de experiencia en el sector, afirma con rotundidad que «del 15 de julio a la tercera semana de agosto, Laredo se llena solo, no hay que poner nada». «Este año habría sido igual de malo con Batalla o sin ella por las circunstancias en las que estamos». García cree que, de haberse celebrado la fiesta, «no hubiese venido mucha gente por cómo esta el tema». «Este año va estar bastante flojo porque la gente va a tener miedo de salir», augura.

Por su parte, los carrocistas acogen con «pena» la suspensión del evento por lo que supone para ellos desde varios puntos de vista. Todos llevaban meses trabajando en sus carrozas, invirtiendo en ellas, «pero la salud manda sobre lo demás», según señala Ángel Gutiérrez, representante de Come Golayu Que Lo Ha Hechu Güela.

Pese a la suspensión, tendrán que sembrar los bulbos de las flores para no perderlos, y aprovecharán para avanzar en las estructuras de sus alegorías.