La costera del bonito arranca al ralentí debido a las malas condiciones de la mar

En todo caso, resulta muy aventurado sacar conclusiones respecto a la duración de la campaña. El año pasado fueron dos meses exactos, del 14 de junio al 14 de agosto. Y este año podría rondar fechas similares. Porque la mar no es el medio ideal para los matemáticos. Quien esté haciendo cálculos y estime un 15% de cuota por quincena, estaría incurriendo en una distorsión enorme. Porque la flota está «a medio gas». Y es cuestión de que se junte la abundancia del bonito con la bonanza de las aguas para que el panorama dé un giro radical. Basta mirar a los históricos del año pasado, con días en el mes de agosto en los que se llegaron a consumir medio millón de kilos por jornada. Con una media que pudo rondar los 400.000 kilos diarios. Por tanto, toca esperar para sacar conclusiones.

De esta opinión es el Presidente de la Federación de Cofradías de Cantabria, y Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores San Martín de Laredo. «Es demasiado pronto para hacer cálculos. «El año pasado llegamos al 31 de julio con un 75% de la cuota ya consumida. Y el 25% restante nos lo comimos en 15 días». Lo que está claro es que, con temporal, sólo los barcos medianos y grandes de cacea pueden seguir con la faena. Los pequeños de cacea, y los barcos de vivero, deben ponerse a resguardo en puerto, o capear el temporal en la mar. Días de amarre o en tránsito que son días perdidos.

Nates da otro dato que evidencia que algo se va moviendo. «El viernes por la tarde el consumo eran 2,085.000 de kilos. Si los comparas con los 2,461.000 de hoy lunes a las 10:00 horas, sale que se han pescado 376.000 kilos en dos días. A una media de 180.000 kilos por día», explica. De ahí que insista en su cautela «Ya veremos este año, pero no me atrevo a hacer pronósticos. Hasta la última de julio hacerlo es muy precipitado. El año pasado lo hice en esa fecha y estimé que llegaríamos hasta San Roque, el 16 de agosto. Y se quedó en el 14», recuerda.

Junto a él, Jorge Incera, recuerda cómo en su primer año, en el 2015, la última subasta de bonito se hizo un 26 de octubre. «Y no se agotó la cuota», añade Nates. Luego la situación dio un giro radical. El bonito, que hasta entonces había escaseado, comenzó a abundar, atraído por la presencia de bocarte y por una temperatura más cálida del agua. Las cuotas se incrementaron notablemente. Y sin embargo, la duración de la campaña se fue recortando. En 2016 la campaña se cerró el 5 de octubre. En 2017, el 13 de octubre; en el 2018, el 3 de septiembre; en el 2019, el 25 de agosto; en el 2020 el 19 de agosto; y en el 2021 el 14 de agosto.

Hoy lunes se han subastado casi 70.000 kilos entre Santoña y Laredo. En el primer puerto, el Nuevo Libre ha dejado 22.000 kilos, siendo el único barco de vivero en entrar a puerto. El resto, pequeños barcos de cacea, han dejado hasta 12.000 kilos más. En Laredo, dos barcos de pulso, el San Fermín Berria y el Nuestro Padre Tonino, han dejado 19.000 kilos y 11.000 kilos, respectivamente. Cantidades a las que hay que sumar otros 5.000 kilos de cuatro barcos de cacea. En cuanto a los precios, el bonito grande, de más de siete kilos , se ha pagado de media a 4,30 euros. Por el recortado o mediano -de entre 4 a siete kilos por pieza- los compradores han pagado 3,90 euros de media. Y el pequeño se ha pagado a 3,20 euros el kilo.

Respecto a las capturas, Nates sí observa una diferencia. «Está entrando más el recortado que el grande. Por ejemplo, hoy en Laredo han sido 18.000 kilos de recortado, 15.000 de grande y 2.000 del pequeño, que tampoco es habitual encontrarlo ahora», concluye.