Un cuarto de siglo entonando lo mejor del repertorio musical laredano

Tomaron prestado su nombre de las antiguas revendedoras que recorrían los pueblos del interior pregonando la frescura de su pesca. Como aquellas inolvidables mujeres, la Agrupación Cultural Musical Panchoneras de Laredo se especializó en pregonar la bonanza de sus canciones. Temas de la música popular pejina que estaban a punto de caer en el olvido de un pueblo que aprendió a cantar antes de quedar bautizado con tres notas musicales.

Con sus voces se podría reconstruir un legado de valor incalculable en forma de vivencias y recuerdos. Pero, sobre todo, podría recrearse de forma excepcional el ambiente del viejo muelle, con los pescadores acompasando con cantos sus faenas, y las mujeres a pie de fábrica poniendo la banda sonora a una villa bulliciosa y cantarina.

El periodista Noé del Río desgranó las claves de una muestra que podremos visitar hasta el próximo 10 de julio. Una cita imprescindible en la agenda de cuantos sienten pasión por Laredo. Porque a través de las imágenes, los vídeos y la música permiten un fantástico viaje en el tiempo. A esa zona de los viñales con las redes tendidas al sol, y que aquí se descuelgan del techo como si quisieran salir en estampida hacia el muelle. Una exposición llena de guiños a un Laredo en blanco y negro que gracias al centenar de entusiastas que brindaron sus cuerdas vocales al empeño, sale lleno de colorido en el revelado de unas vivencias tan entrañables. Las niñas de doña Marcia, embrión del coro que tan magistralmente dirige Fonsito Oruña, son hoy entrañables jovenzuelas a las que las sobra vigor y arrestos para estar hasta medianoche dejándolo todo en perfecto estado de revista.

El coro, fundado en 1997 con intención de recuperar, mantener y sostener el patrimonio cultural y musical de nuestra villa, ha conseguido con creces su objetivo. De ahí que se llevase la primera gran ovación en el acto de inauguración. Un evento al que asistieron la alcaldesa, Charo Losa, y varios integrantes de su corporación, con el concejal de Patrimonio Antonio Bocanegra, como responsable del recinto expositivo. También estuvieron el párroco Juan Luis Cerro, así como representantes de la vida social y cultural laredana. Losa ponderó la disposición de todos los integrantes a participar en cuantas citas fuesen requeridas. Y les trasladó un agradecimiento que suscribe la totalidad de un Laredo que siempre estará en deuda con esta agrupación.

Hombres y, sobre todo mujeres, que entendieron desde el principio que ninguna batalla está perdida de antemano. Y la de la memoria musical está más viva que nunca. Con agrupaciones como la Escolanía Aila y la Coral Canta Laredo, con las que compartirán recital el próximo 6 de julio. Sólo un día después tendrá lugar el gran acto de homenaje al centenar de coralistas que durante estos veinticinco años han nutrido sus filas. Algunos asistirán desde los palcos de honor celestiales. Parte de los aplausos que sonarán irán en su memoria. Piezas insustituibles de una agrupación impulsada bajo la advocación de San Antonio, cuyas andanzas serán próximamente plasmadas en un vídeo que está en plena cuenta atrás realizado por Sevi López de Estudios Vimagit, hijo de panchonero y panchonera. De ahí que la exposición destaque por sus imágenes. Pero también por los discos, por los diplomas, por los trofeos, por los reconocimientos. Y, sobre todo, por el cariño que desprenden tantas y tantas estampas que aguardan para sorprender al visitante. Como decía el propio Noé del Río, «si no existieran, habría que inventarlas». ¡Felicidades!

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