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La Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte tiene ya ultimada la nueva licitación del proyecto de restauración de la Capilla de los Escalante, ubicada en la Iglesia Santa María de la Asunción de Laredo, al haber quedado desierta la tentativa inicial. Así lo ha ... confirmado Zoraida Hijosa, Directora General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica del Gobierno de Cantabria. Los nuevos pliegos incluirán una actualización de las cotizaciones de los materiales, al ser la variación de precios una razón de peso para que ninguna empresa se haya interesado en los trabajos de restauración de esta capilla.
Se trata de un espacio de altísimo valor cultural y patrimonial que se localiza junto al retablo de la Virgen de Belén. El proyecto de intervención, circunscrito a los elementos que delimitan el espacio de la capilla, originalmente denominada de la Concepción, y que data de 1537, se acometerá de acuerdo al proyecto del estudio de Alonso y Barrientos Arquitectos S.C.P. Inicialmente salió a concurso por importe de 107.825 euros. Su financiación se realizará con fondos europeos Next Generation EU, englobada en un apartado referido a las medidas de conservación, restauración y puesta en valor del patrimonio cultural español.
El ámbito de actuación se circunscribe a los elementos que delimitan el espacio de la capilla de los Escalante: paramentos, pavimentos (excluido el cerámico), bóvedas, carpinterías y cerrajerías. En total, la actuación abarca 402 metros cuadrados. De ellos, 120 metros cuadrados se localizan en el exterior, en sus respectivas fachadas. La capilla tiene planta cuadrada de 5.60 metros de lado. Toda la obra denota una gran pericia del trabajo en piedra, además de conocimientos en la traza de espacios funerarios adaptados a la moda del momento en Castilla. Toda la fábrica es de sillería fina bien escuadrada y cuidadosamente despiezada, salvo los encuentros con las fábricas medievales preexistentes en los muros norte y oeste.
El pavimento cerámico de la capilla de los Escalante es uno de los elementos más relevantes del monumento, aunque no es objeto de intervención en esta fase, dado lo delicado de su tratamiento. Supone la constatación del traslado en el siglo XVI de material decorativo de esta calidad desde Sevilla a esta villa del Cantábrico. Otro ejemplo singular es el pavimento y el altar de azulejería en la capilla Corro de San Vicente de la Barquera, vinculada también a personajes relevantes de la ciudad de Sevilla del s.XVI. Otro de los elementos valiosos es la lápida situada a la izquierda del retablo de Belén, en la que se lee un texto relativo a la sepultura de García de Escalante y Catalina González, con adornos en las cuatro esquinas en las que se incluyen los escudos heráldicos policromados de las familias Escalante, Cachupín y de la Obra, linajes históricos pejinos.
El tríptico de Bernardino de Escalante no es objeto de intervención en estas fase, siendo otro de los elementos de más valor del conjunto. Sí se actuará sobre la reja renacentista que comunica con el altar de la Virgen de Belén y que es de estilo plateresco de forja policromada. También se actuará sobre la puerta que comunica con la sacristía, así como en las vidrieras del ventanal de fachada, el vidrio del óculo y la vidriera del ventanal interior. Además, se dotará a la capilla de nuevos focos, especialmente concebidos para estos espacios de valor histórico-artístico.
En cuanto a los criterios de intervención, son los marcados por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) con predominio de la conservación preventiva, y la mínima restauración. Se llevará a cabo un estudio exhaustivo de los materiales y técnicas empleadas con el fin de conocer el comportamiento físico y químico de los mismos. Igualmente, se estudiarán las causas de deterioro para establecer unas condiciones medioambientales óptimas para la obra.
Primará el respeto a la obra, el autor y el paso del tiempo sobre los materiales, conservando la pátina. Las decisiones serán tomadas por un equipo de profesionales de diferentes campos. Los materiales utilizados deberán ser reversibles, compatibles entre sí y con los originales y de eficacia probada. Se respetarán las adiciones históricas, eliminando únicamente aquellos añadidos que afecten a la integridad de la obra, desvirtuando su interpretación como documento histórico. Se estabilizarán y consolidarán aquellos elementos que se encuentren degradados, descartando su sustitución por copias en material nuevo. Finalmente, toda la intervención deberá quedar reflejada en un informe.
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