«El Hospital de Laredo está condenado a desaparecer», advierten sus médicos

«El hospital está en la UVI. No sé cómo vamos a asumir el verano. Más de la mitad de los que vinieron el otoño pasado para tapar agujeros, se han ido. Vamos quedando menos, porque la gente se quema», dice. Como portavoces de sus compañeros, recuerdan cómo nació el hospital en los años noventa -entonces la población a atender no llegaba a 80.000 habitantes- y cómo «se vio al cabo de unos años que empezaba a quedarse corto». Fue por eso que en 2016 se planteó el proyecto de ampliación (quirófanos y consultas).

Las casetas de obra se pusieron dos años después -cuentan-, pero vino «el lío de las licencias» y la consiguiente demora. Y luego llegó la pandemia, que «camufló el problema de las guardias de los anestesistas», hasta que estalló en la primavera de 2022 en forma de movilizaciones. «Previamente, en el verano de 2021, la solución que se buscó fue enviar los partos a Valdecilla en verano». Y mientras tanto, «la obra sin acabar... se dejó medio abandonada, porque alguien se dio cuenta de que no vamos a tener personal para trabajar en esa ampliación», asegura González. Por eso les da casi la risa cuando se propone crear un hospital en Castro (promesa electoral del PP): «¿Si no encuentran médicos para cubrir Laredo, de dónde los van a sacar para otro centro más?»

No obstante, desde el departamento de Raúl Pesquera se ha mantenido en esta recta final de legislatura que la entrada en funcionamiento del nuevo área quirúrgico llegará el próximo junio. Una vez instalado todo el equipamiento técnico, ya sólo quedarían los remates y ajustes de la puesta a punto. «Pero abrir más quirófanos implica que se necesita más personal para ampliar la actividad y poder atender la lista de espera y nos lo tenemos», insisten los profesionales.

Así las cosas, desde el SCS marcaron Laredo como prioridad para las contrataciones de los MIR que acaban de terminan su residencia, hasta que se dieron cuenta del posible impacto -sin incentivos, la oferta no atrae- y la instrucción se rectificó, dando la posibilidad de elegir destino para frenar la fuga. Y es ese giro lo que ha roto los esquemas de los profesionales de Laredo, «molestos» -admiten- de que los compañeros de Valdecilla «no se presten» a ayudar.

«Sólo pedimos que no se encizañe. ¿Cómo que en Laredo no se pueden desarrollar profesionalmente? Es lícito querer ir a un hospital comarcal y después moverse...», defienden. Pero hay que abrir esa posibilidad. «Funciona ya con los pediatras, ¿por qué no con otras especialidades?», cuestionan. Para Paz, «lo que falta es voluntad. Es una empresa pública con tres patas, tres gerencias, y es la Consejería la que tiene que poner orden (soluciones hay, otras comunidades las han encontrado) y velar por la sanidad de todos; nuestra población no merece el trato que recibe».