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Uno de los escaparates de 'El Informal' mantiene los cristales rotos en la puerta por la que la madrugada de este martes los ladrones entraron ... a desvalijar el establecimiento. En el 'Catamarán' no pudieron consumar su intento, aunque dejaron un inquietante butrón en la zona de los baños que evidencia que los delincuentes conocen al dedillo al edificio, expone Luis, hermano del propietario.
Todo ello en un suma y sigue de robos en restaurantes y cafeterías de la zona Ever de Laredo que mantiene en vilo a los dueños de estos establecimientos. «Nos sentimos inseguros. No sabemos quién va a ser el siguiente», explica con frustración Enrique Gutiérrez, del 'Informal'. «Nos han roto el cristal y la máquina tragaperras», refiere aún con el susto en el cuerpo.
El tramo de la Avenida de la Libertad acotado entre los restaurantes 'Camarote' y 'Puertochico' mide apenas trescientos metros y concentra una actividad inusitada de los asaltantes que mantiene en estado de alarma a la veintena de establecimientos que se sitúan en dicho recorrido.
«Lo peor es la inseguridad, no sabes si te van a volver a entrar» explica Javier Palacio, del 'Oasis', mientras contempla los estragos causados al 'Informal' con el que comparte residencia y acera.
«No sabes si al amanecer te lo vas a encontrar todo destrozado», coincide Carlos Lanza, de los Apartamentos Elena y Laredo Playa. El acceso al cuarto de calderas de estos últimos para tratar de irrumpir en el 'Catamarán' ha aportado la novedad más preocupante la pasada noche. «La Guardia Civil nos dice que tienen pinta de responder a la misma autoría, y encima debe ser gente que conoce muy bien el entorno», subraya.
Y es que pocos conocen que, a pesar de lo que pueda parecer, el acceso se sitúa por la Avenida de Francia. Un dato que habla a las claras de que a los amigos de lo ajeno el territorio en el que actúan no les resulta en absoluto desconocido. Una constatación que no hace sino elevar la incertidumbre y la preocupación de quienes son víctimas de una ofensiva sin precedentes.
Los dueños recitan casi de memoria la relación de atracos padecidos en las últimas semanas. «Hoy han sido el 'Informal' y el 'Catamarán'. La semana pasada fue el 'Camarote'. Hace dos semanas fue el 'Hamilton'. Al 'Regins' ya le ha entrado dos veces», repasa Javier. «Y el pasado fin de semana también al 'Luengo', que está ya fuera de nuestra zona, pero que también está en el Ensanche, en concreto en la Avenida de los Derechos Humanos, frente al Hospital», añade Carlos.
Todos coinciden en que «esta es una zona en la que ahora en invierno no hay casi gente, estamos un poco aislados del centro urbano y es más difícil que alguien se percate de lo que está ocurriendo», señala Javier. «Da igual si tienes puesta una alarma, porque en apenas tres o cuatro minutos han consumado el robo, y aunque acudas rápido ya no ves nada», sostiene Carlos.
La zona Ever se caracteriza por acoger un elevado número de viviendas de segunda residencia. A partir de Semana Santa, y sobre todo durante el verano, es como una ciudad en sí misma. Con los vecinos del 'Laredo pues' -así llamado por la masiva presencia de residentes vascos entre sus propietarios- ajenos a lo que sucede en el 'Laredo lin' -denominación que recibe la zona de Laredo entre la Puebla Vieja y la plaza de Carlos V-.
El objetivo de estos atracos es la caja registradora, que algunos ya dejan con algo de dinero «para que no se enfanden y les dé por romperlo todo». Y, sobre todo, las máquinas tragaperras. «Las fuerzan y se llevan el cajetín de los billetes, con botines que pueden rondar los 400 euros». Unas pérdidas que se suman a los estragos que dejan para entrar. «Te revientan las verjas, o directamente, el escaparate», explica Carlos, que admite el hartazgo y el enfado ante la situación. «Así no podemos seguir. Hace falta más vigilancia para que nos podamos sentir seguros en nuestros negocios», zanja.
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Ana del Castillo
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