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La inesperada dimisión de Izaskun Sarabia como concejala de la Corporación de Laredo ha causado desconcierto y sorpresa en la villa pejina. La hasta ahora responsable del área de Educación y Cultura formalizó a última hora del viernes su salida del Consistorio a través de ... una solicitud cursada por vía electrónica. La edil se había significado como uno de los mejores activos del actual equipo de Gobierno y su adiós ha causado impacto en el entorno cultural y educativo laredano.
De momento no han trascendido los motivos de esta decisión, que la propia interesada explicitará una vez se celebre el pleno en el que su decisión adquiera rango oficial. En todo caso, resulta revelador que junto al acta de concejala Izaskun Sarabia haya devuelto el carné de afiliada al PRC. Una militancia sobrevenida tras resultar electa en unos comicios en los que concurrió como independiente dentro de las filas regionalistas.
Precisamente, el secretario general y candidato a la Alcaldía de Laredo por el PRC, Pedro Diego, ha lamentado la marcha de su hasta ahora compañera de bancada. Sin querer ahondar en detalles, se ha limitado a explicar a este periódico que su sustitución se afrontará con normalidad, y las áreas que estaban bajo su gestión se seguirán llevando «sin ningún problema».
Durante las últimas semanas resultó llamativa su forma de responder a la pregunta sobre si repetiría en la candidatura para el siguiente mandato. «Estoy a la espera de lo que me digan en mi partido. A mí nadie me ha comunicado nada», manifestaba una y otra vez. La incertidumbre dio pie a que formaciones rivales tratasen de echar sus redes en río revuelto para hacerse con el respaldo de una de las concejales a la que todos incluyen entre los hallazgos más positivos de esta legislatura.
Con ella al frente del entramado cultural, la propia Casa de Cultura Doctor Velasco de Laredo ha conseguido modernizar muchas de sus dependencias. La renovación integral del patio de butacas de un cine-teatro al que también dotó del bucle magnético para personas con discapacidad auditiva, fue una de las actuaciones más destacadas. Su acierto se trasladó al ámbito de la programación cultural, impulsando novedosas iniciativas para dinamizar uno de los sectores que más acusó las severas restricciones. Cuando el virus dio una tregua alumbró el festival 'A la pejina calle', con el que dio continuidad al 'Guru Laredo' concebido como plataforma de impulso a grupos y solistas musicales. La cercanía a las asociaciones fue otra de sus divisas. En el ámbito educativo trabajó codo con codo con los centros de enseñanza y sus respectivas Ampas.
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