Laredo anula la licitación para explotar la piscina y tendrá que hacer un nuevo pliego

En concreto, se recurrió al convenio estatal de mantenimiento y conservación de instalaciones acuáticas. Sin embargo, la resolución de 8 de julio de 2020 de la Dirección General de Trabajo que regula dicho convenio excluye específicamente su aplicación a «parques acuáticos, polideportivos e instalaciones deportivas». El propio interventor indica la forma de solucionar este punto. «Procede realizar un nuevo cálculo de la valoración del servicio teniendo en cuenta el convenio más apropiado para las instalaciones municipales. Siendo en este caso la resolución de 29 de mayo de 2018, de la Dirección General de Empleo, por la que se registra y publica el convenio colectivo estatal de instalaciones deportivas y gimnasios».

Está por ver en qué cantidad variará el importe de licitación que se estableció en la cifra de 375.000 euros por año, con un valor estimado del contrato para cuatro años de 1,5 millones de euros a abonar por parte del Consistorio a la adjudicataria. En todo caso, semejante defecto de forma obligaba a dejar sin efecto una convocatoria que podría haber sido objeto de impugnación por alguna de las candidatas a hacerse con este servicio.

Con esta resolución, silenciada por un equipo de Gobierno que se ha limitado a publicarla en la Plataforma de Contratación del Sector Público, cobra sentido el errático movimiento de las últimas jornadas. Porque el viernes 14 se había fijado para el jueves 20 una visita a la piscina, abierta a todas las empresas interesadas en licitar. Sin embargo, el lunes 17 dicha cita fue suspendida «hasta nuevo aviso». Todo apunta a que alguno de los licitadores habría hecho reparar en el error a los responsables del pliego, haciendo naufragar la tentativa.

Así las cosas, la licitación de la piscina regresa a la casilla de salida, sin fecha clara para iniciar una nueva partida, 22 días después de haberse anunciado la convocatoria del concurso para su adjudicación. Según los plazos marcados a finales de septiembre, el día D era el próximo 4 de noviembre, en el que finalizaba el periodo de recepción de ofertas. De haberse presentado una o varias candidaturas, y con todas ellas cumpliendo de forma plena los requisitos, la Mesa de Contratación hubiera elevado propuesta de adjudicación en favor de una de las aspirantes para que la piscina pudiese entrar en funcionamiento casi como regalo de Reyes.

Todos esos cálculos ya no sirven. Ahora habrá que volver a convocar el concurso con una nueva cifra de explotación. Y comenzará un nuevo recuento de tiempos. Mientras tanto, sigue sin haber novedades en lo relativo a la recepción de las obras, que dieron inicio el 20 de noviembre del año 2019 con un plazo de ejecución de doce meses, que está a punto de triplicarse. Desde la oposición municipal se llegó incluso a solicitar una auditoría de dichos trabajos. De momento se ha abonado más del 90% del millón de euros presupuestado por la UTE Gicsa-Ceteco, sin que exista expediente sancionador alguno por el exceso de tiempo transcurrido. Cierto es que la empresa trasladó al Ayuntamiento en noviembre del 2021 su interés en entregar los trabajos. Pero el concejal de Obras, Pedro Diego, sostiene que sólo los recibirán cuando estén hechas todas las verificaciones.

Suma y sigue a un expediente de rehabilitación que se inició el 15 de junio del año 2015 con el cierre preventivo de la piscina. A punto de cumplirse siete años desde aquel día, si algo ha salido a flote es la paciencia de unos usuarios que esperan su apertura como agua de mayo, mes de la próxima contienda electoral.