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El grave problema de falta de personal del Hospital de Laredo, lejos de resolverse, se acentúa por momentos, mientras desde el Servicio Cántabro de Salud (SCS) siguen dando vueltas a las posibles soluciones. El pasado viernes, el centro pejino se quedó sin neumólogos -los ... dos que quedaban, por diferentes motivos, comunicaron a la gerente su marcha-. Un agujero en la plantilla que se añade al de los cardiólogos, que no dan abasto para sacar adelante una lista de espera de consulta desproporcionada (más de un millar de primeras consultas en cola), y al de los anestesistas. El déficit de profesionales en este servicio central ha sacado a la luz una problemática que se arrastraba desde hace meses y que amenaza con interrumpir el ritmo de las cirugías programadas y la atención a los partos, que no se descarta que tengan que volver a derivarse a Valdecilla, como ocurrió el pasado verano, al verse entonces mermado el equipo de guardia.
La propia gerente, Mónica Hernández, reconocía la semana pasada la «compleja situación» que atraviesa el hospital comarcal, confiando en que el SCS adopte medidas «urgentes» que permitan garantizar la asistencia y no tener que prescindir de ninguno de los servicios de Laredo. La propuesta con la que se aspira a paliar esa falta de personal fue presentada ayer por la Gerencia del SCS a los sindicatos de la mesa sectorial, y va en la línea del plan que ya se dejó caer a principios de marzo, antes del relevo en la cúpula sanitaria. En definitiva, sin bolsa de médicos de la que poder tirar para cubrir bajas ni hacer fichajes nuevos, la alternativa que se plantea es que sea la propia plantilla del Hospital Valdecilla la que resuelva la papeleta de Laredo, mediante una «gestión compartida de profesionales», cuyos términos aún están por concretar. Pero si hace dos meses se planteaba únicamente para anestesistas y cardiólogos, ahora la lista de necesidad de refuerzos se amplía a dermatólogos, cirujanos plásticos, oftalmólogos y neumólogos.
En la orden presentada por Sanidad a los sindicatos se especifica que «la escasez de profesionales en algunas especialidades médicas, la dificultad para encontrar profesionales en determinadas zonas geográficas o la propia existencia de categorías estatutarias deficitarias, provoca, en ocasiones, problemas de cobertura asistencial de difícil solución y que redundan en perjuicio de una asistencia sanitaria de calidad». Y Laredo lo está sufriendo directamente.
El déficit de facultativos es más evidente en los centros comarcales, que no son destinos tan atractivos para los médicos jóvenes al entender que su proyección y desarrollo profesional podría estancarse, en comparación con el aprendizaje y la especialización que brinda un hospital de referencia como es Valdecilla.
Los sindicatos coinciden en esa reflexión, y por eso ayer reclamaron al SCS que concrete la fórmula de esta colaboración: «¿En qué consiste el plan de choque? ¿Cómo se va a gestionar la selección de quién va a Laredo? ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué actividad va a desarrollar? ¿Y cómo se va a incentivar?», se cuestiona Margarita Ferreras, desde CSIF, a quien el borrador de la propuesta le suscita dudas. «Se dice que se contará preferentemente con aquellos facultativos que manifiesten su voluntariedad, pero el problema es que voluntarios ya se ha demostrado que no hay, así que tendrán qué aclarar todas estas cuestiones lo primero», expone.
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