Secciones
Servicios
Destacamos
Nuevo varapalo judicial. El caso Tenis lleva camino de hipotecar al Ayuntamiento de Laredo. La Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) vuelve a dar la razón a los vecinos del edificio -que deber ser demolido parcialmente en base ... a una sentencia del Supremo del año 1999- al ordenar al Consistorio que en el plazo de un mes garantice a los propietarios de las 16 viviendas bajo cubierta, «terceros de buena fe», la totalidad del valor de cada una de sus propiedades, incrementado por el 30% en concepto de gastos de notaría y registro, con la aplicación del IPC desde su adquisición.
En un auto notificado este martes a las partes, al que ha tenido acceso El Diario Montañés, el tribunal considera que «ha quedado suficientemente acreditado que la afección de la obra (de demolición parcial) en el tejado de las 16 viviendas de la planta bajo cubierta de la edificación a demoler parcialmente es un hecho patente». ¿En base a qué? A los diferentes criterios expuestos por los peritos que han intervenido hasta la fecha, dice la Sala, «que ponen de manifiesto que la afección resulta incuestionable, aunque su resultado no podrá determinarse hasta la finalización del derribo de la cubierta y su nueva reconstrucción con los criterios del proyecto de demolición parcial y los que puedan incorporarse a la vista de la evolución de dichas obras».
Las declaraciones de todos los técnicos así lo han expresado, recoge el auto, aunque «con diferentes matices» que hacen que «no se pueda determinar con antelación el resultado de la obra sobre las 16 viviendas al no estar proyectada la adaptación posterior de cada una para su uso ni la operatividad de las instalaciones». Para la Sala, esa incógnita conduce a la conclusión de que «ha de valorarse en el cien por ciento de su valor de adquisición y un treinta por ciento más en concepto de gastos de notaría, registro, con la aplicación del índice de precios al consumo con referencia al tiempo transcurrido desde su adquisición».
¿De cuánto dinero estamos hablando? Uno de los abogados de los vecinos calcula que rondará los cinco millones de euros, a los que hay que sumar otros ocho que ya consignó el Consistorio pejino hace más de cuatro años para sufragar los gastos derivados del derribo.
En el auto, la Sala recoge las declaraciones que realizaron en mayo cuatro peritos. El arquitecto José Manuel Pisa (redactor del proyecto Pentia de derribo de las obras ilegales del edificio Tenis de Laredo), confirmó que las 16 viviendas bajo cubierta «resultarán legalmente inhabitables» con motivo de la intervención que ha de llevarse a cabo en el proyecto de demolición. Además, «incumplirían el código técnico de edificación como nuevas viviendas que surgirían de la mencionada intervención provocada por la reestructuración de una nueva cubierta». Por su parte, el arquitecto José Alba Revuelta mencionó la «inutilidad física y una consiguiente inhabitabilidad funcional de las viviendas», como consecuencia de la falta de la envolvente y de las instalaciones correspondientes a las viviendas. «Las 16 viviendas resultarían inhabitables; el proyecto de demolición no contempla la envolvente, ni el cierre de las viviendas bajo cubierta con lo cual el edificio, en ese aspecto, no estaría terminado, no se proyecta la remodelación de esas viviendas, ni siquiera como apartahotel».
El caso Tenis de Laredo tiene una historia de 35 años, que son los que han transcurrido desde que en 1987 el Ayuntamiento pejino concedió a la promotora Edibilsa licencia de construcción de un edificio para viviendas, aunque después concedió otro permiso para la construcción de apartamentos turísticos en régimen de apartahotel. La polémica se desató después de que el Consistorio concediera la licencia de primera ocupación al edificio. En ese momento un vecino de la zona la impugnó, junto a otros actos administrativos, y en 1990, el TSJC anuló el acuerdo de la Comisión de Gobierno que se aprobó la modificación al proyecto de apartahotel –consistente en el aumento de la superficie destinada a garajes, adición de terrazas y nuevo diseño del cuerpo bajo cubierta–. También declaró nulo el proyecto de ejecución de la obra y la concesión de la licencia de primera ocupación del edificio construido.Frente a esta resolución, la promotora y el Ayuntamiento presentaron diversos recursos que fueron tumbados por el Supremo, que en el año 1994 incluso condenó a seis años de inhabilitación por prevaricación al por entonces alcalde socialista Juan Ramón López Revuelta y a tres ediles de su equipo de gobierno, por la concesión de la licencia de primera ocupación del edificio. Ese mismo año, el TSJC determinó que se debía demoler parcialmente el edificio y se presentaron nuevos recursos que el Supremo revocó en 1999, confirmando así el derribo de los construido por exceso respecto a la autorización legal.
En representación del Ayuntamiento pejino, Marco Antonio Pelayo (arquitecto municipal), apuntó que las 16 viviendas «resultarían afectadas de distintas formas, su habitabilidad fundamentalmente y reducción de superficies, como consecuencia de la obra de modificación de la cubierta». El problema está, según dijo, en el otorgamiento de la licencia municipal y matizó que «los bajo cubiertas no serán habitables como resultado de la intervención».
Finalmente, Marilia Mosquera, técnico de Tragsa (empresa encargada de la demolición), manifestó que las viviendas quedarán afectadas por el retranqueo de las fachadas que el derribo de la cubierta provoca en el perímetro de la planta, el resto de distribución quedará como está ahora. «El proyecto no contempla obras de adecuación, ni la operatividad de instalaciones de cada elemento privativo; las obras complementarias necesarias serán presupuestadas para su incorporación a las viviendas si fuera el caso».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.