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Laredo vivió este sábado una jornada de devoción, tradición y solidaridad al celebrar la festividad de San Martín, patrón de los pescadores. Aunque la fiesta oficial tuvo lugar el pasado lunes 11 de noviembre, se trasladó al día 16 para facilitar la participación. Bajo un espléndido cielo despejado, los actos comenzaron a las 11.30 horas de la mañana en la ermita dedicada a San Martín, situada en la Puebla Vieja de la villa. Allí, la imponente espadaña del templo fue testigo de la llegada de autoridades locales y regionales, vecinos, y miembros de la milenaria Cofradía de pescadores y mareantes de Laredo.
Tras el breve acto de recepción, se trasladó al santo en procesión hasta la Iglesia de Santa María de la Asunción que corona el casco antiguo. La peña del Tío Simón abrió la comitiva con música seguida por el santo, vecinos, autoridades y religiosos.
Una vez en el templo, el párroco ofició la misa solemne y disculpó la ausencia del Obispo de Santander, Don Arturo Ros, quien había confirmado su asistencia, aunque finalmente no pudo acudir por motivos de agenda. Con todo, aseguró a través del cura que tiene pendiente una visita a Laredo y bromeó señalando que lamentaba no poder disfrutar de un buen pescado local.
Tras el apunte, el sacerdote dio la bienvenida a los allí congregados a la eucaristía, en especial al patrón mayor de la Cofradía de pescadores de Laredo, Adolfo San Román, y a todo el Cabildo por mantener las tradiciones en recuerdo a los mayores. En su intervención, el cura hizo hincapié en el importante papel de las mujeres que han trabajado en el mundo de la mar. Mencionó a las panchoneras y puso de relieve a todas las mujeres «fuertes, valientes y trabajadoras» que «con su esfuerzo hacían posible que la labor de los pescadores llegara a buen puerto». Además, con prudencia, planteó la necesidad de reflexionar sobre la posibilidad de incluir mujeres en la Cofradía.
La misa, en homenaje a los fallecidos en la mar, recordó también a los afectados por la dana y rememoró algunos episodios de la vida de San Martín, uno de los santos más célebres y venerados en Europa por sus gestos de caridad y su labor como obispo.
A su término, la Peña del Tío Simón reanudó la música y, tras la foto de rigor, la comitiva puso dirección a los soportales del mercado de abastos municipal, donde a partir de las 14.00 horas de la tarde, los afortunados que consiguieron un ticket, con valor de dos euros, pudieron disfrutar de la tradicional degustación de cocido montañés. La recaudación total será destinada a Cáritas.
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