Diego ha señalado que el Consistorio pejino ha encargado los trabajos con carácter de urgencia tras el informe técnico emitido por los servicios municipales como consecuencia del desprendimiento producido el pasado mes de octubre. En ese momento, el Ayuntamiento procedió a realizar trabajos de destrucción de la piedra caída, que era de gran tamaño, y a la limpieza.
Actualmente, la Administración local ejecuta, de forma subsidiaria, obras de desbroce y saneo de la superficie que se quiere proteger, con el fin de «observar las zonas más críticas y poder aplicar las técnicas más adecuadas para su estabilización».
De este modo, el concejal de Obras ha apuntado que han comenzado los trabajos de colocación de una malla de acero que se reforzará con bulones y cables, también de acero, en aquellas zonas donde pueda haber mayor riesgo de desprendimientos.
«El objetivo es estabilizar y reforzar la seguridad de la ladera en las zonas más próximas a las viviendas para proteger a estas de los desprendimientos que pudieran producirse en el futuro. Y si estos se producen, frenar las piedras. Es decir, creamos una barrera de contención».
Por otro lado, el Ayuntamiento acometerá trabajos para la mejora de la seguridad vial y la accesibilidad en el barrio mediante la instalación de un semáforo, el rebaje de aceras y el pintado de nuevos pasos de cebra. El concejal de Obras ha apuntado que la última Junta de Gobierno Local aprobó la ejecución de dichas obras, por un importe de casi 35.000 euros. En este sentido, Diego ha subrayado que con estas actuaciones el Consistorio da respuesta a «una demanda histórica» de los vecinos de este enclave pejino. «Se pretende reducir la velocidad a la que transitan los vehículos por esta zona, que es muy elevada y supone un peligro para los peatones».
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