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El Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Laredo ha solicitado un informe jurídico a los técnicos municipales para determinar quiénes son los responsables de asumir el derribo del Edificio Tenis, de acuerdo a la sentencia firme de 16 de noviembre de 1992 y el ... auto firme para su ejecución de fecha 20 de enero de 1999, que ordenaba al promotor y a los propietarios del inmueble la demolición de los vuelos o terrazas de la edificación, así como de todo lo construido bajo cubierta por encima de la línea teórica de 45º.
En el pasado pleno celebrado el jueves, el concejal del PP y exalcalde, Ángel Vega, que anunció que esta es su última legislatura en política, anunció que su grupo votaría en contra de aprobar, por segunda vez, una partida de 3,3 millones para afrontar los gastos de la demolición del edificio, a la espera de que los técnicos municipales redacten un informe jurídico en el que se determine si hay algún responsable subsidiario más.
1992 es el año en el que el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria sentencia el derribo.
1994 es el año en el que el Supremo condena al exalcalde López Revuelta por prevaricación.
1996 es el año en el que López Revuelta es indultado por el Consejo de Ministros.
1999 es el año en el que se emite el auto firme para la ejecución de la sentencia.
2018 es el año en el que el TSJC encarga a Tragsa el derribo ante la inacción del Ayuntamiento.
«En julio de 2017 se realizó la liquidación de ese dinero por sorpresa y hasta diciembre de 2018 no se ha realizado el reconocimiento. Por no decir que un mes después de esa liquidación se procede al embargo de unos locales a Edibilsa (la constructora del edificio) que no tienen ningún valor. No ha habido reclamación de intereses, y el dinero ni está ni se les espera».
Vega reprochó al equipo de gobierno del PSOE que hablara de que al Ayuntamiento de Laredo le habían tumbado el Plan General de 2015 y que había costado 700.000 euros, y les preguntó si no van a hacer nada para que ese dinero recaiga sobre las arcas municipales. «Ustedes ya saben quién tiene la culpa, quién debía pedir ese informe. ¿Y no van a hacer algo, como hizo el Ayuntamiento de Santander?». Según el concejal popular tiene que haber algún responsable más de hacer frente a los 3,3 millones que se han habilitado para asumir el derribo del inmueble.
Según una consulta que ha realizado el PP a través de internet, la sede de Edibilsa podría estar alquilada por un grupo de empresas multimillonario. «Extrañamente no se opuso, en agosto de 2017, cuando estaba recién enviada la notificación de que debían tres millones de euros. Y el Ayuntamiento procedió con una celeridad asombrosa al embargo preventivo. Imagino que el alcalde no haya pactado el embargo de unos locales que no valen nada, porque si no sería muy grave».
Así las cosas, Vega cree que el Ayuntamiento debe buscar si tienen alguna responsabilidad los administradores o quien concedió las correspondientes licencias. «Lo que no consideramos es que tengan que ser los vecinos de Laredo los que tengan que asumir los 3,3 millones de euros que se han habilitado para asumir los costes del derribo».
A pesar de esta postura de los populares, el resto de grupos municipales votaron a favor de consignar esa partida para cubrir los gastos del derribo de forma subsidiaria.
Desde el equipo de gobierno, la portavoz socialista, Rosalina López, insistió en que los tribunales exoneraron al Ayuntamiento de cualquier responsabilidad sobre la construcción del edificio, señalando a la empresa constructora como única culpable de ese exceso de obra, que ahora debe ser derribado. En el PRC, lo tienen claro: «Se tiene que derribar porque se concedió licencia de primera ocupación prevaricando».
Han pasado cinco meses desde que la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) emitiera un auto en el que acordaba la ejecución subsidiaria del derribo del Edificio Tenis, designando a la empresa pública Tragsa para que lleve acabo este trabajo.
La Sala señalaba en dicho auto que transcurrido el plazo final otorgado para que el Ayuntamiento procediera al derribo de lo acordado en la sentencia, y constatado el «incumplimiento» por éste de dicha actuación, así como de la obligación de cumplir con sus requerimientos «se acuerda que por la entidad pública Tragsa se proceda a la ejecución subsidiaria de la sentencia con cargo al Ayuntamiento de Laredo».
El TSJC aseguraba que, si bien ordena que el derribo material lo acometa un tercero, «el coste de esta ejecución ha de asumirlo a la postre el condenado, el Ayuntamiento de Laredo». En este sentido, los magistrados requerían al Consistorio para que informase en cinco días sobre los bienes patrimoniales no afectados en uso o servicio público a efectos de proceder a su embargo. Al mismo tiempo, la Sala requería al Ayuntamiento para que aporte a la empresa Tragsa, también en el plazo máximo de cinco días, copia del proyecto de demolición y del proyecto de ejecución de la obra. Un mes después de recibir esta documentación se fijará un calendario de ejecución de la obra.
Sobrepasados ya cuatro meses sobre el plazo que dio la Sala, Tragsa todavía no ha entregado ese calendario en el que debe fijar el inicio de la demolición del inmueble.
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