Secciones
Servicios
Destacamos
El Ayuntamiento de Laredo procedió el pasado 3 de febrero a recepcionar las obras de la piscina municipal. Lo hizo tras superarse el triple del plazo de ejecución de unas obras iniciadas en noviembre de 2019 y que han convertido en treinta y ocho los ... doce meses previstos en el contrato. Sin embargo, el Ayuntamiento no ha establecido sanción alguna por la demora.
La UTE Gicsa-Centro Técnico de Construcciones resultó adjudicataria en octubre de 2019 de unos trabajos cuyo importe final ha ascendido a 1,2 millones de euros, de los que 500.000 euros han sido aportados por el Gobierno de Cantabria.
La recepción de las obras se produce en la recta final de la adjudicación del contrato del servicio para su explotación. Se inicia la cuenta atrás para la reapertura de una instalación que fue clausurada el 15 de junio de 2015. La causa fue un informe técnico que advertía de serios riesgos en su cubierta.
Todo apunta a que la entrada en funcionamiento de la nueva instalación, completamente remozada, se producirá en lo queda del presente mes de febrero o, a más tardar, en la primera quincena de marzo. La empresa segoviana Sima Deporte y Ocio, será la encargada de gestionar la instalación.
El vaso de la piscina volverá a llenarse tras dos legislaturas completas que ha agotado la paciencia de los usuarios, entre ellos el Club Natación Playa Salvé, exiliado entre Santoña y Colindres. Además, el prolongado cierre se llevó por delante los puestos de trabajo del personal de la instalación. Algunos de ellos ya están jubilados. Y otros han debido encontrar otras salidas laborales.
El mismo gobierno socialista en minoría que procedió a precintar la piscina, fue incapaz de encauzar su arreglo durante la pasada legislatura, ante la falta de consenso con el resto de la corporación sobre la forma de acometer los trabajos. Fue al comienzo de la presente legislatura, con el tripartito PSOE, PRC y Agrupación Vecinal SSPL, cuando se recondujo la situación, al aprovechar el proyecto ultimado a finales del anterior mandato. Tras la adjudicación formal de octubre de 2019, se puso velocidad de crucero para la ejecución de los trabajos.
El 9 de marzo de 2021, cuando la obra ya había cumplido 16 meses, una delegación institucional encabezada por el vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga, visitó las obras, certificó su entrada en la recta final y aventuró un escenario de reapertura a lo largo de ese mismo año.
Un objetivo imposible porque no se cumplían los plazos ni en lo que se refiere a las obras ni en lo relativo a la adjudicación.
En el capítulo de las obras, la UTE expresó en noviembre de 2021 su intención de entregar los trabajos. Pero el Ayuntamiento no dio acuse de recibo hasta marzo de 2022. Y fue para reseñar una serie de deficiencias a las que el propio concejal de Obras, Pedro Diego, quitó hierro hasta llegar a cifrar en dos meses su resolución. Un periodo que se elevó hasta los once meses.
Tampoco ha ido especialmente rápida la licitación. Porque los pliegos sólo estuvieron dispuestos en octubre de 2022. Si se hubiesen cumplido los plazos de la obra, Laredo se hubiera encontrado con un edificio terminado y listo para funcionar, pero sin poder hacerlo a falta de una adjudicataria. Para colmo, la licitación inicial debió anularse por un error en los pliegos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.