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Recuperar una parte de la historia de Laredo. Ese es el objetivo que se ha marcado un grupo de vecinos que ha dado los primeros pasos para recuperar la Hermandad de Penitentes de la Virgen de la Soledad. «Los capirotes volverán a desfilar en ... Semana Santa por las calles de Laredo», apunta Fernando Arce, diseñador de moda y conocido en Laredo por interpretar el papel de Carlos V en la fiesta pejina.
«Todo ha venido rodado. Una cosa ha llevado a otra. Lo que comenzó siendo la idea de recuperar una tradición fue tomando forma y ha habido que darle un nombre: cofradía, hermandad. Aún hay mucho que decidir y ahora se están dando los primeros pasos», apunta.
Arce asegura que hace unos meses, unos días antes de la Semana Santa de este año, un grupo de amigos estaban reunidos y charlando surgió el tema. «Recordamos como se celebraba la Semana Santa en Laredo hasta 1972, 73 años en los que cambió todo. El Desenclavado, las procesiones de El Encuentro y la del Viernes Santo, las saetas que se cantaban a su paso, el número de penitentes, capirotes o nazarenos que acompañaban a cada uno de estos actos y de cómo algunos nos quedamos a las puertas, a la espera de tener la edad para poder participar. Era una mezcla de tradición y devoción que se trasmitía de padres a hijos. Las guías de turismo de entonces señalaban la singularidad de la Semana Santa laredana y recomendaban su visita en esas fechas. Estaba claro, había que hacer algo por recuperarla».
Según cuenta este laredano, después de varias reuniones con el párroco, Juan Luis Cerro, y con los representantes de los pasos que procesionan, que de inmediato se sumaron a la iniciativa, decidieron que era imposible impulsar todo a la vez y que había que fijar metas alcanzables. «La Virgen de La Soledad tiene mucha devoción y la Hermandad de Penitentes que acompañaba su paso era un buen punto de partida. Convocamos una reunión pública informativa y ya la hermandad cuenta con algunos miembros».
Sin dar nombres, Arce asegura que los primeros integrantes de esta hermandad son «hombres y mujeres». «Desconozco los motivos que les han llevado a formar parte de esta iniciativa».
Para recuperar esta hermandad, el diseñador pejino cree que, olvidando el aspecto religioso que es fundamental, hay que tener ganas. «Los diferentes actos y las hermandades que acompañaban a los pasos, eran un bien de interés cultural inmaterial que hemos perdido. Para recuperarlo es necesario la colaboración y compromiso de personas dispuestas a ello».
Desde el principio el objetivo de este grupos de laredanos fue que la nueva hermandad participara en la próxima Semana Santa. «Y este proyecto no ha hecho más que comenzar a rodar. Por tal motivo se creará a primeros de año, los miércoles por la tarde, un taller de costura en la Casa de Cultura para asesorar y confeccionar los trajes. No queda mucho tiempo y esperamos conseguirlo», apunta Arce.
La Procesión de la Soledad, patrocinada por el Ayuntamiento de Laredo y acto central de la Semana Santa laredana –se celebra el Viernes Santo– está declarada de Interés Cultural Regional. La procesión recorre las rúas del Conjunto Histórico–Artístico de la Puebla Vieja pejina. Desde 1889 se viene celebrando esta tradicional procesión, una de las más antiguas de Cantabria que concita una gran expectación por el valor artístico y religioso de los pasos, algunos de los cuales datan del siglo XVII.
Ocho son los pasos que procesionan: 'El Nazareno', 'La Dolorosa', 'Cristo de la buena muerte', 'La Piedad', 'Santo Sudario', 'Santo Entierro' y 'La Soledad'. Cierran la procesión las autoridades. El recorrido, acompañados este último año por las peñas 'El Ruido', 'Contigo Sí', 'Los Pejinos' y 'Tío Simón', es el siguiente: Rúa de Santa María, calle Revellón, Plaza de la Constitución y Casa de Cultura Doctor Velasco, donde tiene lugar la alocución y se canta la Salve Marinera. La procesión finaliza en la calle Doctor Velasco, donde se sitúa la carpa instalada en los jardines de la Casa de Cultura, que es donde los pasos quedan expuestos al público.
De su lado, el párroco de Laredo, Juan Luis Cerro, cree que esta iniciativa persigue recuperar una parte de la tradición laredana, «una parte representativa de la Semana Santa». «Nos dimos cuenta de que la procesión se hacia cada año, pero estaba un poco parada. Por eso decidimos dar participación a los niños y ahora ha surgido esta idea».
Cerro asegura que ve a la gente «muy animada». «Al final estas cosas generan ilusión, porque de lo contrario se pierde todo. La gente está implicada y esperamos que se vayan sumando vecinos».
Los precursores de esta iniciativa quieren agradecer a las personas que han facilitado fotografías, trajes y bordados de los escudos originales de las hermandades de entonces. «Esto ha permitido rediseñar el atuendo». Una túnica, de largo hasta la altura del talón, con 33 botones blancos por la edad de Cristo, y el capirote de color negro, representan el luto por el Mundo. La faja, blanca, en señal de la pureza de corazón del penitente. La capa, también blanca, lleva bordado en el costado izquierdo el escudo de la hermandad y representa la Resurrección.
Arce, como diseñador de moda, está jugando un papel muy importante en la confección de estos atuendos que se lucirá en la próxima Semana Santa.
Aunque todo ha sucedido en un corto espacio de tiempo y apenas han podido investigar en profundidad, los orígenes de esta hermandad se remontan «a mucho tiempo atrás». «Simplemente hay que dar un dato: la talla articulada del Señor del Santo Sepulcro, restaurada recientemente y que procesiona el Viernes Santo, es de finales del siglo XVI. A partir de ahí, que cada uno que saque sus propias conclusiones».
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