«Ni los de Laredo ni los de Santoña, fue el ejército el que comió la ballena»

–¿Cuántos años lleva colaborando con El Diario Montañés?

–He estado colaborando muchos años, pero de seguido, desde el año 2014, cuando empecé con el primer artículo.

–¿Qué se recopila en esos artículos?

–Principalmente, los temas más interesantes y destacados de la historia de Laredo, desde el urbanismo, a la economía, la sociedad, sus gentes… para ello, me desplazo a los principales archivos nacionales, desde el archivo histórico provincial, al nacional, el de Simancas…

–¿Desde cuándo es el archivero municipal de Laredo?

–La plaza la saqué en el año 1988. Allí recibo la documentación administrativa, la clasifico y catalogo y la pongo a disposición de los usuarios o políticos que lo necesiten.

–En su labor investigadora sobre la historia de Laredo, ¿cuál es el hallazgo más interesante que ha realizado?

–Hace poco he descubierto algo muy interesante, que he solicitado y dentro de poco, todo el mundo podrá ver. De momento, debe ser una incógnita hasta que lo reciba. Me he encontrado temas muy interesantes sobre planimetría, sobre sellos históricos. En el archivo de Simancas he descubierto un sello de principios del siglo XVI, donde aparece la ballena y el castillo, que son símbolos de los sellos medievales; aparecen juntos en un sello, era una demanda que hace el rey de España al rey de Escocia, para que suelten a una serie de prisioneros laredanos, que se habían dado ya por muertos.

–¿Es fácil solicitar y reclamar documentación sobre Laredo, hacer esa tarea de investigación?

–No es difícil, pero a veces es un proceso muy largo y hay que esperar. Desde que descubres y encuentras algo hasta que logras recibirlo, pasa un tiempo.

–¿Cuántos libros ha publicado sobre la historia de la villa?

–Unos dieciseis libros. Hay muchos a los que les tengo un cariño especial como el que habla de apodos y motes de Lardeo o el de la historia de la villa. Hay uno que me gusta mucho sobre la Cofradía de Pescadores de San Martín. También le tengo un cariño especial al que habla de las personas de Laredo que participaron en el Descubrimiento y conquista de América.

–¿Cuál es su rutina diaria de trabajo?, ¿cómo investiga?

–Es una pasión. Me gusta mucho la historia de Lardeo y todas las noches dedico dos horas a la investigación. Es pura pasión.

–¿En qué está trabajando ahora?

–En un libro muy interesante sobre los piratas, corsarios y balleneros de Laredo a lo largo de la historia. Estoy recopilando información y hay numerosas aportaciones muy interesantes.

–¿Es fácil conseguir que publiquen sus trabajos, convertir esos hallazgos y esa documentación en libros?

–Es lo más difícil, pero suelo contar, afortunadamente, con la colaboración del Ayuntamiento o de otras instituciones y gente amante de la historia. Eso sí, la ayuda es para publicarlo. El trabajo que hay detrás, las horas invertidas en investigar, en recopilar, en redactar, es tremendo.

–¿El archivo de Laredo es un archivo rico en documentos?

–Es un archivo muy interesante, sin duda. El problema es que se cedió, en los años cincuenta, a la extinta diputación provincial de Cantabria muchísima documentación. De ahí, acabó todo en el archivo provincial de la región. Más del 60% de documentación de la villa está ahí y creo que habría que recuperarlo. Tenemos un documento que reconoce que lo cedimos en depósito. Al menos, habría que lograr que lo digitalizasen y pudiésemos tenerlo a nuestro alcance. Pero esa es una decisión política, evidentemente.

–En todos estos años de trabajo ¿ha logrado descubrir quién se comió la ballena?

–Es una de las preguntas más difíciles que me han hecho. Después de tantos años todavía no me ha quedado claro. Si vas a Santoña dicen que fueron los de Laredo que pasaban hambre y si vas a Laredo dicen que fueron los de Santoña que pasaban más hambre aún. Yo creo que fueron los del ejército, que se llevaron gran parte para Burgos. Ni los de Laredo ni los de Santoña.

–¿Eso no es echar balones fuera?

–No, está documentado. Parte se vendió y comió en Santoña, parte en Laredo, pero la mayor parte, en Burgos.

–De los artículos que vamos a ver en la exposición, ¿cuál es su favorito?

–Hay muchísimos porque hay documentación inédita que la primera vez que vio la luz fue a través de estos artículos. A mí me gusta mucho el primero que hice que habla del terremoto de 1830. Pero hay muchísimos, como el del ataque al arzobispo de Burdeos, otro que habla de la diligencia que iba de Laredo a Madrid, el que habla del origen del fútbol en la villa. Son tantos y tantos, hay muchísimos sobre urbanismo o sobre asuntos medievales. Son más de 300 artículos. Creo que plantearé hacer una copia y convertirlos en un libro porque, al final, entre todos los artículos se compone una pequeña guía del pueblo y de sus aspectos históricos más importantes.